Georgina Melatini comenzó a practicar surf a los 17 años, pero su vínculo con el agua viene desde muy pequeña. Actualmente, es bicampeona sudamericana de surf y creó su propia escuela de surf adaptado, Santa Surf, ubicada en Santa Clara del Mar, en el Partido de la Costa.
Desde hace un año forma parte de “Deportes sin barreras”, una iniciativa de la Fundación Lautaro te necesita. Allí, se propone al deporte como herramienta para la inclusión de las personas con discapacidad. Diferentes deportistas se acercan a las escuelas para crear conciencia y hacer visible el beneficio del “deporte+discapacidad”. Además, presentan la amplia variedad de disciplinas que se pueden practicar: surf, boccia, atletismo, automovilismo, natación, entre otras.
Nota al Pie dialogó con Georgina Melatini para conocer cómo su pasión por el agua y el mar se convirtió en la profesión a la que dedica su vida.
Una vida ligada al agua
A los 6 meses, Melatini comenzó con clases de natación; se podría decir que desde muy pequeña tuvo un vínculo muy estrecho con el agua. Algunos años después, se convirtió en bicampeona sudamericana de surf. En 2021, abrió una escuela de surf adaptado, Santa Surf, en Santa Clara del Mar, aquel lugar donde vacacionaba de pequeña.
“Comencé a practicar surf adaptado a los 17 años y fue jugando, de una forma muy recreativa”, comentó. Un amigo de mamá, Víctor Acuña, un día decidió ayudar a Melatini a ingresar al mar con una tabla. “Él surfea desde muy chico. Un día, viendo que a mí me gustaba ver a los surfistas en la playa, se animó a meterme con una de sus tablas. Fue jugando, sin saber nada de cómo era trabajar con una chica con discapacidad, solo por mis ganas se animó”, explicó.
Después tuvo la posibilidad de ir a una clínica de surf adaptado en Mar del Plata. “Ahí conocí más lo que era la disciplina adaptada, pude conocer un poco más de la historia de este deporte. Me enteré que había personas que practicaban a nivel profesional y que había un circuito mundial de surf adaptado”, agregó. Así, Georgina también conoció lo que eran las tablas adaptadas y las distintas categorías.
Compitió en muchos campeonatos, tanto nacionales como internacionales. En el 2018 tuvo la posibilidad de ir a competir a su primer campeonato. “Fue en un latinoamericano en Chile, donde pude quedar subcampeona. Al año siguiente volví a participar y salí campeona”, recordó. Su primera competencia en un Mundial llegaría en 2018, con la edición llevada a cabo en California, Estados Unidos.
“La verdad que estoy muy contenta de haber podido participar y de los resultados que logré en cada uno. El mayor logro que tuve fue en 2020 en California, donde pude quedar N° 3 del mundo. Fue un gran año para mí porque venía de ser bicampeona del latinoamericano, así que estuve muy contenta por todos los resultados”, señaló.
Cambiando el paradigma sobre discapacidad
“Nací con mielomeningocele, una malformación congénita y nunca tuve problema en aceptar mi discapacidad”, explicó Georgina. Luego, agregó: “Mi familia siempre me apoyó y me decía que tenía que tomarlo con naturalidad, que, si yo me tomaba con naturalidad mi discapacidad y mi situación, el resto del mundo lo iba a hacer”.
Mayormente fue así, si tuvo algún que otro problema de discriminación, fueron los menos. “Siempre tuve muy buena relación con todo el mundo, buena integración en todos los lugares, en el deporte, en la escuela, en la sociedad en general, así que mi discapacidad jamás fue un impedimento para nada”, dijo.
Para Melatini, como sociedad hemos avanzado bastante. “Creo que día a día va cambiando el paradigma que hay sobre la discapacidad. Pero también siento que nos falta mucho, debemos estar más interiorizados en el tema de la discapacidad. Más preocupados por el tema de saber y conocer lo qué es la discapacidad para poder cambiar todavía ese paradigma que existe de que la persona con discapacidad no puede lograr lo que quiere, no puede tener una vida como cualquier otra persona”, definió.
Por eso, hoy celebra el poder trabajar en conjunto con la Fundación Lautaro te necesita. “Me han ayudado muchísimo a avanzar como deportista, a que mi carrera sea visibilizada. También a otros deportistas”, comentó.
Desde el primer momento que Georgina se subió a la primera ola descubrió que el mar no hace diferencias con nadie, y que nosotres tampoco debemos hacerlas.