Nicolás Monzón, de 25 años de edad, se interesó desde muy pequeño en las matemáticas; mientras viajaba en el colectivo, contaba calles, casas y árboles. Cuando tenía nueve años, su abuela Haydee le regaló el libro “Curso de Orientación Escolar” de Editorial Aula.
Finalmente, Nicolás empezó a estudiarlo y en poco tiempo tenía todo el texto aprendido. Esto lo favoreció a la hora de ingresar en la secundaria del Instituto Sagrada Familia de Quilmes.
El joven emprendedor fue elegido entre diez candidates para ganar el premio Global Student Prize 2022. Un galardón anual que entrega la Fundación Varkey y que podría traducirse como “el mejor alumno del mundo”. Los 100 mil dólares, destinados al primer puesto, serán para el estudiante que produzca el impacto más positivo, tanto en la vida escolar como en la sociedad.
Los valores familiares
El apasionado por las matemáticas se crió en Villa La Florida, una localidad en el sur de Quilmes, provincia de Buenos Aires. Nicolás tiene tres hermanas, a quienes también su padre y su madre se encargaron de impartirles la mejor educación. Su padre se dedica a la construcción y su madre es ama de casa.
“En el último año de colegio trabajé en la Feria de Solano de Quilmes vendiendo medias y anteojos de sol; tenía que vigilar que nadie robara y acomodaba la mercadería”, contó. Y agregó que al no tener a la mano lápiz y cuaderno para anotar, “ejercité el cálculo mental, aproveché lo que venía practicando”.
Mientras terminaba la secundaria, tuvo la oportunidad de realizar una suplencia de manejo en Office en una Academia. “A los alumnos les gustó como enseñaba y pidieron que volviera como profesor. Posteriormente, dicté un curso de reparación de computadoras y desarrollo de videojuegos”, compartió.
Multiplicando oportunidades
Un profesor habló con sus padres para que le permitieran estudiar en la Universidad. De hecho, fue este mismo quien lo presentó al programa Multimedial, educativo y social: Jóvenes En Acción (JEA).
Desde allí lo animaron a solicitar una beca con la que comenzó a estudiar Ingeniería en Informática en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE); y dos licenciaturas, Matemáticas y Física en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
A la par, y junto a sus compañeres de la facultad, crearon la startup Magnetar, que desarrolla softwares para proyectos de terceros y propios. En el camino, Nicolás ha motivado a sus amigos del barrio para que estudien. En esta misma línea, ha persuadido a profesores universitarios para que adapten temas y sean más comprensibles con el alumnado.
¿Qué es el Global Student Prize?
Las postulaciones y nominaciones para el Global Student Prize de este año se abrieron en enero pasado y cerraron en mayo del 2022. Les alumnos fueron evaluados por sus logros académicos, creatividad, cómo superan los desafíos y su forma de actuar como habitantes de la sociedad.
Les otres 10 finalistas son: Alesyah Asa, de Malasia; Anagha Rajesh, de la India; Gitanjali Rao, de Estados Unidos; Igor Klymenko, de Ucrania; Kenisha Arora, de Canadá; Lucas Tejedor, de Brasil; Mathias Charles Yabe, de Ghana; Maya Bridgman, de los Emiratos Árabes Unidos; y Nathan Nguyen, de Australia. El ganador se anunciará a finales de este mes, durante la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se llevará a cabo en Nueva York.
Esperando resultados
Más allá del incentivo económico del premio, Nicolás cree que lo más importante es tener ideales. “‘Detrás de cada estudiante, hay un gran profesor’ es la frase que me marca y es el slogan de la Fundación Varkey. No se fijan en tomar un examen para buscar al mejor alumno del mundo; sino que buscan el perfil de una persona que aparte de estudiar, tenga un impacto en la comunidad”.
El futuro ingeniero sostuvo que su anhelo es “ser científico, hacer el doctorado y un post doctorado en computación”.
Las matemáticas evolucionaron su carácter. Según Nicolás, ya no es tan tímido como antes. “Me ayudaron mucho las charlas de los profesores y me fui volviendo extrovertido”, dijo.
Sin embargo, no hay dudas que el mayor aporte en su vida, que lo acompañará por siempre, es el libro escolar que le regaló su abuela Haydee cuando tenía nueve años.