Qatar vuelve a entrar en el foco de las noticias y, una vez más, no es solo por su rol deportivo en la organización del próximo Mundial. La semana pasada, más de 60 personas fueron detenidas y deportadas tras una manifestación. En ella, más de 200 trabajadores reclamaban por la falta de pago y denunciaban las situaciones de abuso laboral a las que fueron sometides.
Detenciones y deportaciones
A lo largo de las calles de Doha, les afectades se dirigieron a las oficinas de Bandary International Group para reclamar por los salarios impagos. Como respuesta, les representantes sindicales denunciaron que la empresa todavía no había depositado los sueldos, los cuales habían prometido pagar el 11 de agosto.
La ONG Migrant Rights fue una de las cuentas que visibilizaron la falta de pago por parte de diferentes empresas. En específico, la organización apuntó contra Al Bandary Engineering y Electro Watt Company; ambas son partes de Bandary International Group, quienes tienen los proyectos más importantes de cara a la Copa Mundial.
Ante esta situación, informaron que les trabajadores se “vieron obligados a protestar cuando no les pagaron y cuando la empresa cortó la electricidad en su alojamiento”. Así como también dieron a conocer que “las cuotas adeudadas oscilan entre 4 y 6 meses de salario, más los beneficios por terminación del servicio”.
En esta misma línea, declararon: “Los trabajadores detenidos informan condiciones de hacinamiento, con 25 a 30 personas retenidas en una habitación. También dicen que los funcionarios han apagado el aire acondicionado, burlándose de que si pueden protestar en el calor, pueden arreglárselas sin él”.
Denuncias de tratos inhumanos
Equidem, una organización que busca exponer este tipo de injusticias, también mostró su preocupación. Ante las noticias de los arrestos de los trabajadores que habían salido a la calle a reclamar por sus derechos, hicieron una declaración. “A Equidem le preocupa que las autoridades de Qatar hayan violado el derecho de huelga y reunión pacífica de estos trabajadores”, expresaron.
En dicho contexto, comentaron que sienten y ven reflejado que “Qatar parece mucho más dispuesto a reprimir huelgas y deportar a los trabajadores que se quejan del maltrato, que a castigar a las empresas que no pagan a sus trabajadores».
La mayoría de les trabajadores son de Bangladesh, Nepal, India, Filipinas y Egipto. En su queja sostienen que las empresas les adeudan cerca de siete meses y que el “trato era realmente inhumano”, contó Mustafa Qadri, director ejecutivo de Equidem.
Para concluir, agregó: “Hasta donde sabemos, las autoridades han decidido deportar a todos los que estaban en la protesta. Estos trabajadores están protestando porque su empleador no les pagó”. Desde la organización sostuvieron que “este no es un momento de la Primavera Árabe”.
La postura de Qatar
Desde el país anfitrión argumentan que las detenciones se dieron porque se violaron las leyes de seguridad pública, y que los pagos se estaban solucionando. A su vez, comentaron que las empresas implicadas estaban siendo investigadas por estas faltas y que se tomarán las medidas necesarias.
Sin embargo, esta no es la primera vez que Qatar recibe este tipo de denuncias. El año pasado, varies trabajadores se habían declarado en huelga. En esa ocasión, el objetivo era visibilizar las condiciones de trabajo y las diferentes faltas que habían en el pago de los salarios.
Por otro lado, esto también se suma a las denuncias por los fallecimientos en las construcciones de los estadios. Según los informes de Amnistía Internacional, la cifra de decesos supera las 6.500 muertes.
Por último, desde la organización informaron que en su momento les trabajadores eran obligados a pagar comisiones de entre 500 y 4.300 dólares; esta suma les permitía conseguir un empleo, pero no garantizaba las mejores condiciones. Además, con frecuencia les metían sobre sus salarios. Entre los casos denunciados, hay personas a las que no se les permitía salir del país ni cambiar de trabajo. Incluso, varias fueron amenazados por los empleadores.