A partir de septiembre, el Gobierno de la Ciudad planea convertir 30 escuelas públicas de jornada simple a jornada completa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Esto incluye escuelas primarias y secundarias. Además, las escuelas que permanezcan como jornada simple podrían tener una jornada extendida, con el agregado de una hora.
Según el Gobierno porteño, el objetivo es garantizar una educación pública de calidad, construir espacios pedagógicos integradores y permitir a todos les niñes desarrollar su máximo potencial. Sin embargo, desde la Asociación de Docentes de Enseñanza Media y Superior (Ademys) sostienen que se trata de una medida inconsulta que perjudicará tanto a docentes como no docentes, familias y estudiantes.
Más allá de las 30 escuelas de CABA, el Gobierno ya firmó convenios con siete provincias para poner en marcha la quinta hora de clases. Entre ellas se encuentran: Tucumán; Chaco; Salta; Catamarca; Entre Ríos; Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Con dicha extensión horaria, se estima que las primarias pasarán de tener 720 a 950 horas anuales de clase por año. Esto equivale a 38 días más de clase. Dicha hora agregada estaría destinada a fortalecer las materias troncales como lengua y matemática, las cuales estuvieron afectadas por la pandemia.
Sin embargo, desde Ademys sostienen que agregar una hora no resolvería los problemas pedagógicos y educativos, sino que deberían darse otras condiciones que tienen que ver con la infraestructura, el material pedagógico y las condiciones socioeconómicas de les niñes.
Nota al Pie dialogó al respecto con Marisabel Grau, secretaria de prensa de la Asociación de Docentes de Enseñanza Media y Superior (ADEMYS), quien contó cómo se implementará la normativa y el estado de las escuelas públicas en CABA.
¿Cuál es la estrategia del Gobierno porteño con la jornada extendida?
En primer lugar, hay que distinguir dos situaciones. Por un lado, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo que está haciendo es convertir 30 escuelas que son escuelas de jornadas simple, en escuelas de jornada completa. Por el otro, se había anunciado que las escuelas que permanecen con jornada simple, van a tener una extensión horaria. Si son escuelas en las que se ingresaba a las 8:15, el Gobierno pretende que se ingrese a las 7:15. Si son escuelas en las que la jornada era desde las 13 hasta las 17 horas, que la jornada se extienda hasta las 18 h.
En la última reunión que tuvimos los sindicatos, el Ministerio planteó que no se iba a avanzar con la extensión de una hora en las escuelas de jornada simple; porque era inviable, ya que iba a generar muchos problemas. Pero sí se va a avanzar con 30 escuelas de jornada simple, a las que se va a convertir en escuelas de jornada completa.
En ambos casos, esto presenta muchísimos problemas y desde Ademys nos oponemos a estas medidas.
¿Crees que está bien que esta medida se aplique en el último cuatrimestre del año?
Entendemos que es necesario que haya más escuelas de jornada completa, pero lo que nosotros venimos reclamando, y también reclama la comunidad educativa y las familias, es que se construyan más escuelas. La mayor parte de las escuelas que hoy son jornadas simples, no están preparadas para convertirse en escuelas de jornada completa. Porque no tienen cocina, no tienen un espacio de comedor y no tienen la infraestructura necesaria.
Nosotros venimos planteando que el Gobierno debe construir más escuelas de jornada completa, que es lo que muchas familias necesitan. Pero ellos también deben garantizar la existencia de escuelas de jornada simple. Porque muchas familias eligen que sus hijes vayan a jornada simple y luego que realicen otras actividades extraescolares.
Esto genera muchísimos problemas, porque se está realizando a esta altura del año. Hay familias a las que se les está informando ahora que, a partir de septiembre, las escuelas en donde asisten sus hijes se van a transformar en jornada completa.
Estas familias van a tener que optar por que sus hijes dejen de hacer las actividades extraescolares; como fútbol, natación, idioma, etc. Si no, la opción que les da el Gobierno es que sus hijes sean reubicados a una escuela de jornada simple. Pero así perderían el contacto con amigos, maestros y su vínculo y espacio institucional con la escuela a la que asisten.
En algunos casos, estos niñes están en quinto, sexto o séptimo grado; perderían todo en septiembre, faltando pocos meses para que finalice el ciclo lectivo. Esto es, obviamente, una barbaridad. Y no tiene explicación pedagógica. La única explicación que se encuentra es que esto implica un ajuste presupuestario. Porque convertir escuelas de jornada simple en escuelas de jornada completa, implica desde la perspectiva del Gobierno, la fusión de grados.
¿Cómo va a impactar esta nueva disposición en el bolsillo de les docentes?
Concretamente, muchos docentes van a perder su puesto de trabajo con esta reducción de cantidad de plantas que necesita cada escuela. Esto va a significar que, quienes son suplentes, queden cesantes inmediatamente. Solamente quienes sean docentes titulares pasan a disponibilidad; cobrarían su sueldo durante un año y luego pierden ese ingreso también.
Si esto avanza, va a generar muchísimos problemas. Por un lado, las familias deberían reorganizar toda su estructura para que sus hijes asistan una hora más; o entren más temprano por la mañana o salgan más tarde, en el caso del turno tarde. También, implica una sobrecarga laboral, porque, los docentes verían extendidas su jornada de trabajo.
¿La infraestructura escolar está apta para garantizar jornada extendida y nocturna?
Lo que el Gobierno plantea es que habría un incremento salarial, que supuestamente vendría de fondos de Nación. Pero, aun así, esto debería ser algo optativo. Una persona que tomó un trabajo que tenía una determinada cantidad de horas o se ingresaba en un determinado horario, de repente va a encontrarse con que esto lo extendería.
Además, esto significa muchísimos problemas porque, buena parte de las escuelas donde funciona el nivel primario, a partir de las 18 h funcionan otros niveles. Por ejemplo, el secundario de adultos o las escuelas de idioma, y estas tendrían que reducir su horario de funcionamiento.
Otro de los temas importantes es que el establecimiento necesita limpieza en los baños y demás tareas que realizan los auxiliares; y esto no podría realizarse.
La extensión de la jornada de la escuela primaria implicaría, por ejemplo, la reducción de la jornada o la necesidad del traslado del funcionamiento de los centros educativos del nivel secundario o los centros de idioma. Lo cual generaría, por supuesto, muchísimas dificultades.
No es sencillo trasladar toda una institución a que funcione en otro lado. Tendrían que ver si los docentes tienen disponibilidad, ya que muchos docentes también tendrían superposición horaria; porque empiezan su jornada en turno vespertino, que es a las 18 h, horario en el que estarían saliendo.
Nosotros venimos planteando que es absolutamente inviable esta extensión de la jornada escolar. Por otro lado, y entendemos que esto es importante, esta extensión de una hora de ninguna manera va a resolver todos los problemas pedagógicos y educativos, en términos de mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Si no están dadas otras condiciones que venimos demandando desde la docencia –que tienen que ver con la infraestructura; material pedagógico; condiciones socioeconómicas de les niñes y de por qué tienen dificultades en el aprendizaje–, entonces lo que se requiere es toda una modificación de la política educativa. Y eso no se resuelve con una hora de extensión de la jornada escolar.