El “moquillo” es una enfermedad de fácil transmisión mediante el contacto directo. Una vez contagiados los animales, pueden diseminar el virus en el ambiente por varios meses.
Sin embargo, aquellos animales que no fueron cuidados con anterioridad o crecieron en una etapa muy precaria de higienización pueden contraer este virus. Finalmente, esta enfermedad infectocontagiosa puede terminar afectando a otros animales.
Según explicó una de las especialistas de la cadena de tiendas más grandes en el ámbito veterinario “Puppis” en una presentación del tema, esta enfermedad es una infección que “comienza afectando al aparato respiratorio. Y puede llegar a afectar a muchos órganos o aparatos, entre ellos el sistema nervioso”.
Ante una mayor exposición de la misma “incluso esta enfermedad puede causar diferentes síntomas, dependiendo de la o las fases que se presenten como: la fase respiratoria, fase digestiva, fase nerviosa o fase cutánea”.
Lo más importante a tener en cuenta son los signos: clínicos, neurológicos y oculares. Para indagar más sobre esta importante enfermedad, Nota al Pie dialogó con el doctor veterinario Pablo J. Borrás del equipo de “Puppis”.
¿Qué es el moquillo?
El moquillo, también conocido como “Distemper”, es una enfermedad viral que afecta a los perros u otros mamíferos de distintas partes del mundo. Produce diferentes cuadros clínicos: algunos pueden ser leves, mientras que otros pueden ocasionar la muerte de la mascota. No afecta a los seres humanos, por lo tanto, no es una “zoonosis».
El virus del moquillo se transmite mediante contacto directo o por contacto con secreciones y excreciones. Ejemplos de ellos son la orina o secreción nasal de perros infectados. Este virus es un tipo de virus envuelto y eso debe ser considerado como una gran ventaja.
Dicha ventaja es considerada porque se inactiva fácilmente con los desinfectantes tradicionales como la lavandina que usamos para la limpieza de la casa. Además, sobrevive poco tiempo en el medio ambiente. Como máximo, 7 días.
Sin embargo, hay un dato súper importante: un perro que se recupera de esta enfermedad y que ya no tiene más síntomas puede seguir eliminando, por casi tres meses, el virus al medio ambiente. Por lo tanto, ese animal no puede tomar contacto con otros perros que no estén vacunados.
¿Cómo es la enfermedad y qué cuidados debe tener un perro enfermo?
Los perros no vacunados o que no hayan finalizado la primovacunación (es decir, los cachorros que no terminaron aún el plan de vacunas) son susceptibles de adquirir la infección cuando toman contacto con el virus.
Incluso, esta enfermedad puede tener diversas presentaciones, con distintos signos clínicos: gastroentéricos (vómitos y diarreas), respiratorios (neumonía y secreción nasal), cutáneos (infecciones de piel) y lo más grave de todo, signos neurológicos.
Esos signos neurológicos pueden ser muy graves y llevar a la muerte del animal. Obviamente, los perros que estén cursando la enfermedad deberán concurrir a los centros veterinarios y ser asistidos por un profesional para indicar los pasos a seguir y las medicaciones adecuadas. Algunas veces, a pesar de aplicar tratamientos, el pronóstico es muy grave.
¿Se puede prevenir esta enfermedad?
Sí, y esto es de carácter fundamental. Al ser una enfermedad tan grave y que, en ocasiones deja secuelas de por vida (principalmente los famosos tics neurológicos) o llevar a la muerte, se puede prevenir mediante la vacunación.
Las vacunas quintuple/sextuple previenen contra el moquillo y es fundamental que el cachorro reciba una correcta vacunación cuyo plan estará diseñado por el veterinario actuante. Por otro lado, todos los perros deben ser revacunados todos los años para darles protección contra esta virosis.
¿Cómo es la relación con los cachorros, las vacunas y la sociabilización?
Los cachorros que no hayan finalizado su plan vacunal no deben ir a las plazas o parques, así como evitar la vía pública. Sin embargo, hay algo que debemos considerar: no debemos privar la sociabilización de los cachorros que es fundamental en esta etapa.
Es por eso que para ello, podemos permitir que tomen contacto e interactúen con otros perros con su plan vacunal vigente (es decir, con todas las vacunas en regla) en ambientes controlados.
Como ejemplos, casas de amigos, familiares y demás, hasta que ya puedan ir tomando contacto, poco a poco, con el mundo exterior. De esta manera, tendremos perros sanos en el sentido completo de la palabra.