El lunes por la mañana más de 200 familias marcharon por las calles de San Justo, Provincia de Buenos Aires, en busca de una solución a la problemática habitacional. El reclamo es por un lugar digno donde vivir, por viviendas donde sus hijes puedan desarrollarse plenamente.
A pesar de la fuerte lluvia, les integrantes del barrio 1° de noviembre decidieron reclamar sus derechos y hacer escuchar cada una de sus voces.
Nota al Pie dialogó con Sara Herrera, una de las vecinas y referente que explicó la situación: hay 400 familias sin una solución. Antes eran 250, sin embargo “a medida que aumenta la inflación, se fueron sumando nuevas familias que no pueden pagar el alquiler”.
Lugar digno donde vivir
A la movilización asistieron 6 organizaciones: entre ellas el PTS, Polo Obrero, FOLS, MST. A modo de respuesta, les dieron una reunión para el 5 de agosto. “Nos iban a llamar esta semana para organizar el horario pero todavía no pasó”, afirmó Herrera.
En este sentido, también agradecieron a todas las familias de los barrios recuperados que les acompañaron y ayudaron a organizar las movilizaciones.
Por otro parte, recordó de manera desesperanzada las últimas represiones vividas dentro del barrio. El último episodio de represión y hostigamiento fue desde el 28 de abril hasta el 11 de mayo. Lo que buscaban era “hacer un zanjeo”. Sin embargo, aclaró que “hubo más por parte de la policía”.
“Vienen hace rato pidiendo datos a las familias. Dentro de la causa no hay imputados, entonces quieren levantar datos para que queden responsables de usurpación”, relató. De ese modo, explicó que la relación de les vecines con las fuerzas policiales siempre fue tensa. No obstante, buscan evitar los disturbios y momentos violentos. Buscan que tanto la violencia física como verbal “se termine de una vez”.
Discriminación vecinal
La violencia no solo es policial, sino también de un sector específico de la sociedad que cree que les vecines del barrio buscan viviendas “gratis” o terrenos “regalados” por parte del gobierno.
Sin embargo, aseguran que esto no es así ya que elles trabajan, pero la situación económica del país no les permite crecer y pagar un alquiler. Mucho menos comprar un terreno propio. “Reclamamos nuestros derechos básicos: tierra, techo y trabajo”, afirmó.
Otro de sus reclamos implica a las autoridades de la Municipalidad de La Matanza. En una reunión que se realizó el 26 de enero con el secretario de Gobierno, Gustavo Dutto, acordaron tres puntos a solucionar. Sin embargo, no se cumplió con lo pactado.
Promesas rotas
Los puntos eran los siguientes:
1) Articular la mercadería para los 5 merenderos para los niños del barrio 1 de noviembre
2) Compartir con las familias un informe catastral de las tierras ociosas
3) Hacer una mesa de diálogo con todas las partes para llegar a una resolución pacífica de este conflicto.Sobre este tema, se encargaron de presentar dos notas, de las cuales una de ellas fue firmada por un organismo que les acompaña.
“Las familias necesitamos viviendas dignas, soluciones. No necesitamos sus policías ni sus patrulleros. Solo pedimos un pedacito de tierra para vivir. Llamamos a la solidaridad de todos aquellos que puedan ayudarnos a proteger nuestros derechos y los de nuestros hijos”, exclaman.
Más allá de los desalojos y la violencia que sufrieron en reiteradas ocasiones, las familias continúan con la búsqueda de una solución a la crisis habitacional que los preocupa hace más de 4 años.