Este miércoles, la jornada nacional de lucha continúa con la concentración en el Obelisco desde las 11 horas. Las distintas organizaciones sociales, Frente de Organizaciones en Lucha, Frente Popular Darío Santillán, MTD Aníbal Verón, Movimiento Resistencia Popular, Federación de Organizaciones de Base y MTR por la Democracia Directa, se nuclean para denunciar la especulación y formación de precios por parte de las empresas que abastecen de alimentos a toda la población argentina.
Los movimientos populares expresan que los empresarios son los que tienen de rehenes la comida de les argentinos y sentencian: “Bajen los precios de alimentos y que la crisis la paguen los ricos”.
Los acampes como protesta
En el día de ayer se inició esta nueva jornada de lucha por parte de las organizaciones mencionadas debido a la crisis económica que azota el país. Y a raíz de ello, a modo de protesta, se levantó un campamento en las puertas de plantas productoras y distribuidoras en distintos puntos del país.
En el caso de Buenos Aires, esto sucedió en las puertas de la empresa Arcor, ubicada en el partido de Tigre, y en Mar del Plata, frente a la planta de Molinos Río de la Plata.
En Córdoba, el reclamo se centró frente a la planta de Bagley; en la provincia de San Juan en la puerta de acceso a La Serenísima y en Rosario se realizó ante la Bolsa de Comercio.
Imposición de precios
Otro punto en el que se basa el pedido apunta al hecho de que en un mes las 20 empresas que tienen el poder sobre los alimentos en Argentina tomaron una postura monopólica. Fue a través del desabastecimiento y aumento de precios en los alimentos, generando así que les habitantes del territorio se enfrenten en grandes problemas de subsistencia.
Uno de los casos denunciados es de la empresa Arcor, con Luis Pagani a la cabeza, quien en 24 horas habría generado el aumento de un 20% en todos los productos. Por su parte tanto la aceitera General Deheza, perteneciente a la familia Urquia, que factura más de 2.700 millones de dólares por año, cómo la aceitera Bunge, subieron el precio de su producto comestible a más de $700.
También está el caso de Molinos Cañuelas, de Aldo Navilli, y Molinos Río de la Plata que incrementaron en un 10% el precio de la harina de trigo. Asimismo se denuncia a La Serenísima, Ledesma y Bagley.
Denuncias hacia patronales de soja y agrarias
Por otro lado, las denuncias de los distintos movimientos también apunta al accionar de las patronales sojeras y agrarias, con el acopio de silobolsas aguardando el aumento de los precios.
Dicha situación se da en el contexto que los sueldos de gran parte de la población se ubican en la línea o por debajo de la mínima, instando a que la vida sea cada vez más difícil y generando mayor pobreza e indigencia.
A su vez, los movimientos ponen en el centro el accionar del Gobierno con respecto a la deuda con el FMI (Fondo Monetario Internacional). Una deuda que la toman como ilegítima, generada por el gobierno macrista y que ha sido usufructuada solo por banqueros y grandes empresarios, quienes habían multiplicado sus fortunas fugándose miles de millones de dólares.
En ese marco, sostienen que debido al cumplimiento ejemplar con el fondo, se está ajustando a las clases bajas y trabajadoras pero no a las clases altas. Mientras que de forma simultánea buscan demonizar y criminalizar a las organizaciones a través de la persecución.
¿Qué medidas exigen las organizaciones?
Por todo esto es que ese gran conglomerado que implican los movimientos sociales, le exigen al Gobierno Nacional que se cumplan determinadas medidas. Una, central y clave, es la inmediata aplicación de la Ley de Abastecimiento que implicaría que haya un control a las empresas que especulan y manipulan los precios.
Por otra parte, también piden: la no persecución y criminalización de organizaciones sociales; la eliminación del 21% de IVA en los alimentos de la canasta básica; el aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil por arriba de la inflación; refuerzo de ingresos en carácter de urgente para todes les trabajadores y jubilades ante la situación de crisis, y cárcel para especuladores y formadores de precios.