Epígrafe 1: El escritor Jose Murillo apodó a Inés como “el ave más bella de nuestra patria”. Créditos: Quinto Poder
“El oficio de buscar a Inés” es un film basado en la investigación del caso de Inés Ollero. Esta joven permaneció detenida en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fue vista por última vez con vida. La película se estrenará en la plataforma KINOA.TV el martes 19 de julio, a 45 años de su desaparición.
Además, el domingo 17 de julio se realizará una jornada especial. A las 18 h, el film podrá verse en una función especial en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Contará con la presencia de familiares y amigues de la joven. Previamente se realizará una visita guiada por el Museo Sitio de Memoria ESMA en el horario de 16 hs. Se puede reservar la entrada para presenciarlo aquí.
En el documental, sus allegades relatan la historia de Inés. Además, participan personalidades referentes en lo relacionado a los derechos humanos en Argentina. Elles son Nora Cortiñas (madre de Plaza de Mayo) y Adolfo Perez Esquivel (premio Nobel de la Paz). También se encuentra presente la palabra de Eugenio Zaffaroni, el juez que investigó el caso a fines de los 70.
Anahí Carballido Marzá, psicoanalista y escritora, debuta como directora cinematográfica en este film. Afirmó que la historia de César Ollero, el papá de Inés, la conmovió. “Abandonó cualquier otra actividad para dedicarse a tiempo completo a la búsqueda de su hija. (…) Era la voz que gritaba por ser escuchada”.
La historia de Inés Ollero
Ines Ollero es una de las 30.000 personas que desaparecieron en la última dictadura militar argentina. En 1985, dos exdetenidas dirían en el juicio a los excomandantes de la junta que la habían visto con vida en la ESMA.
Su caso fue una excepción jurídica en el marco del genocidio y el terrorismo de Estado en Argentina entre 1976 y 1983. Su padre, César Ollero, y su abogado, Jaime Nuguer, llevaron la investigación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 1979, cuando aún no había terminado la dictadura. Estos testimonios fueron fundamentales en los Juicios a las Juntas Militares y en la Megacausa ESMA.
Pero… ¿qué le pasó a Inés Ollero?
En 1977, la joven tenía 21 años. Era estudiante de tercer año de Biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). También militaba en la Federación Juvenil Comunista del barrio porteño de Almagro.
El 19 de julio de ese año, Inés subió a un colectivo de la línea 187. A las 22:10, fuerzas militares interceptaron al bus cuando llegó a su parada en Av. Constituyentes. Trasladaron a les quince pasajeres y al conductor a la seccional 49 de la Policía Federal, a mitad de camino de la ESMA.
Esa madrugada liberaron a casi todes, menos a Inés. César, su padre, inició una búsqueda que marcaría el resto de su vida. Tras recopilar testimonios de quienes viajaban esa noche en el colectivo, entendió lo que sucedía con su hija.
Junto con su abogado Jaime Nuguer inició acciones judiciales para cambiar la figura de “desaparecida” por detenida “a disposición del Poder Ejecutivo”. Sin embargo, ningún organismo respondió acerca del paradero de Inés.
Un informante dio a conocer la presencia de la joven en el centro de detención que funcionaba en la ESMA. En un gran acto de valentía, César Ollero se entrevistó cuatro veces con el represor y director del establecimiento, el Vicealmirante Ruben Chamorro. Pero no obtuvo datos de su hija.
El camino en la Justicia
“Lo primero, en esos casos, es blanquearse. Pasar de secuestrado a preso”, explicó César Ollero a Página 12 en 2003. Se refería a la decisión que lo llevó a exigir en la justicia argentina la investigación del paradero de su hija.
El hombre presentó entonces un habeas corpus que llegó a manos del juez Eugenio Zaffaroni. “(Él) me ayudó durante cuatro años; y su trabajo sirvió para investigar la Escuela de Mecánica de la Armada”, afirmó al mismo medio de comunicación.
En el caso comparecieron los 35 policías de la seccional 49 que trabajaron el 19 y 20 de julio de 1977. También les preses que estaban en la comisaría, el colectivero y sus pasajeres. Los testimonios policiales señalaron que ese recinto se usaba como centro de operaciones para controles de la ESMA.
Al agotar todas las instancias judiciales en Argentina, César Ollero recurrió a la Comisión Interamericana por los Derechos Humanos. En 1979, el organismo reclamó ante el Gobierno argentino información sobre el paradero de Inés Ollero.
La respuesta de los responsables de la dictadura argentina fue desesperante. En nota de 25 de marzo de 1980, reconocieron: “La mencionada señorita OLLERO, el 19/07/77, se dirigía en un colectivo de la línea 187 presuntamente hacia su domicilio, cuando el mismo fue detenido en la intersección de las calles Albarellos y Constituyentes, en jurisdicción de la Capital Federal, a fin de realizar un control de tránsito de rutina”.
“Al comenzar dicha tarea, se encontraron en el interior del mismo, panfletos de propaganda de una organización terrorista”. Con ese calificativo se referían a la prensa del partido para el que militaba Inés. “Al no poder determinarse al poseedor de los mismos se procedió a conducir a la totalidad del pasaje a la seccional de policía, con jurisdicción de la zona, a fin de investigar el hecho”.
Y la conclusión, como en muchos casos, buscaba culpar a la víctima. “La misma era militante activa de una organización juvenil de extrema izquierda, de la cual se han apartado numerosos miembros que con posterioridad se vincularon a bandas terroristas”. Por eso, no descartaban que “temiendo que una investigación más profunda (…) haya decidido a fin de eludir una eventual acción judicial, ausentarse voluntariamente y/o pasar a la clandestinidad”.
La reconstrucción de una historia
César Ollero tenía una heladería, pero en 1977 dejó su trabajo de lado. “Con Inés bajé la cortina”, dijo en 2003 a Página 12. “Tenía que dedicarme a ella.” Buscar a su hija se convirtió en su oficio.
Por eso, la directora de “El oficio de buscar a Inés” intenta mostrar esa dedicación. Además, relaciona la militancia de ambos Olleros. “Cesar era español y había participado en la lucha contra la dictadura franquista”, contó. “De esta forma, se trata de cómo dos dictaduras en dos países diferentes se entrelazan en esta familia de una manera particular”.
“Es difícil hablar de mi papá y decir con palabras el tipo de persona que era”, se emocionan las hermanas de Inés en el trailer de la película. “Nos daba mucha libertad, pero a la vez nos contaba sus historias. Mi casa nunca fue apolítica, siempre fue recontra política”, recuerdan.
En este film, la historia de vida detrás del caso ayudó a entender y desentrañar los horrores que se realizaron en la ESMA, durante la última dictadura militar argentina.