La Bicintacleta es un novedoso invento argentino que combina las bondades de una bicicleta con las de una cinta de caminar. En lugar de pedalear, en la Bicintacleta hay que caminar sobre una cinta, el movimiento de desplazamiento se da gracias a que cuenta con ruedas. La velocidad que alcanza es la de una bicicleta normal, y se pueden poner cambios.
Este híbrido tiene dos maneras de uso, de una forma fija como una caminadora o, al sacarle los caballetes, como una suerte de vehículo impulsado por la caminata o el correr sobre la cinta. La ventaja es que, con el modo fijo, se puede optar por hacer gimnasia desde casa o bien, transportarse sobre dos ruedas a través de un giro más divertido y novedoso.
Nota al Pie conversó con su creador, Aníbal Querol, para conocer el proceso que culminó en esta revolucionaria forma de desplazarse. Aníbal tiene 38 años y vive en Lanús, Buenos Aires. Antes de la pandemia trabajaba en un complejo deportivo en Sarandí. “Como cerró durante 7 meses, decidí ir al taller de mis viejos, que fabrican cuadros de bicicletas, para darles una mano y salir del encierro”, comenzó explicando. Sin embargo, cuando terminaba el horario laboral, siempre se quedaba haciendo algo más.
En un momento recordó el monopatín que le había hecho su papá cuando era chico. “En ese tiempo de cuarentena los monopatines y las bicicletas estaban de moda porque el transporte público era para esenciales. Entonces se me ocurrió agregarle una cinta de caminar”, explicó.
“Ahí comenzó todo el desafío porque no tenía ni la menor idea de si iba a funcionar o no. Era como un proyecto o un hobby mío”, indicó. Querol se crió entre rodados. Su familia tiene una Pyme donde funciona un taller y además venden bicicletas, monopatines y triciclos.
De una idea a un prototipo
Para terminar su primer prototipo de la Bicintacleta, su inventor se demoró unos 6 meses. Esta etapa fue mucho a prueba y error; a medida que avanzaba se iba encontrando con diferentes obstáculos. “Cuando empezaba a caminar, la cinta giraba para atrás, pero la rueda también. Tuve que buscar la vuelta para hacer un cambio de tracción y que el empuje fuera hacia delante”, recordó.
Una vez cumplida esa etapa, el tema a evaluar era el peso del aparato. Según Aníbal no fue nada sencillo porque “había que buscarle la relación. Si era muy pesado no se podía mover y si era muy liviano no se agarraba velocidad. Esto fue lo que más demoró pero una vez que lo terminé, el segundo prototipo, que tenía mejoras, me llevó unos dos meses porque ya sabía cómo encararlo”.
El diseño está registrado y patentado, aunque esta fase productiva también tuvo sus dificultades. “La primera persona con la que empecé a averiguar si se podía patentar me explicó que tenía que cumplir con 3 cosas: innovación, modelo de utilidad y modelo industrial”, resaltó. No cumplía con el requisito de ser innovador porque se encontró un aparato similar en Holanda, con la diferencia de que la versión europea era eléctrica.
“Seguí averiguando con otras personas porque ambos modelos tenían sus diferencias y me dijeron que se podía, por lo que se registró. La patente se hizo un poco a las apuradas porque yo ya había subido un video a las redes que tuvo 7 millones de vistas”, comentó el hombre detrás de esta vanguardista idea.
La experiencia de emprender
Con respecto a la experiencia de emprender, Aníbal señaló que hay muchas cosas desconocidas y “te vas encontrando con todo un mundo nuevo”. A su vez, afirmó que no es nada fácil porque “los tiempos que uno determina no terminan siendo, entonces eso te lleva a tener altos y bajos, hay que estar fuerte de la cabeza”. El oriundo de Lanús remarcó la importancia de ser constante: “No hay que aflojarle, hay que tener disciplina, una conducta e ir detrás de ese sueño o ese emprendimiento”, agregó.
Como recomendación para quien emprende, Querol considera que hay que tener un mentor donde apoyarse. “Es necesario alguien para asesorarse, para que comente cómo es. Se entra a un mundo donde es todo nuevo, con muchos factores que juegan a favor y en contra, como la ansiedad y los miedos. Eso también a veces paraliza a la hora de emprender”, sostuvo.
Para él existen posibilidades a la hora de proponerse emprender. En su caso, él se apoyó en la Universidad Nacional de Lanús (UNLA) para hacer todo el proyecto de desarrollo. “Hasta el día de hoy me siguen asesorando, por lo que me siento respaldado y también guiado. Eso está muy bueno”, concluyó Querol, quien siente orgullo por su invención.