El Mundial de fútbol 2022, que se realizará en Qatar, tiene a los fanátiques del fútbol expectantes. Sin embargo, el evento se celebrará en el mismo país en el que las mujeres encuentran impedimentos para divorciarse, no pueden obtener la custodia de sus hijos y necesitan permiso de sus tutores para ciertas actividades.
Tutela masculina
A pesar de la lucha de los movimientos feministas y los cambios de los últimos tiempos, en Qatar las mujeres continúan padeciendo desigualdad ante la ley. Al respecto, desde Amnistía Internacional denunciaron el sistema de tutela masculina. Este contempla que las mujeres no pueden tomar sus propias decisiones sino que a través de un tutor varón, habitualmente su padre, hermano, o tío. En el caso de estar casadas su esposo.
En la misma línea, un informe de Human Rights Watch (HRW) también critica el sistema discriminatorio de tutela masculina que se aplica en esta nación. HRW detalló que las mujeres en Qatar deben conseguir el permiso de sus tutores masculinos para casarse, estudiar, acceder a empleos gubernamentales, viajar al extranjero y recibir atención en salud reproductiva.
Este sistema también niega a las mujeres la posibilidad de desempeñarse como tutoras principales de sus hijes, aunque estén divorciadas y tengan la custodia legal.
En marzo, el gobierno rechazó las conclusiones del informe de HRW sobre la discriminación contra las mujeres en el país y prometió enjuiciar a cualquier persona que hubiera infringido la ley. Sin embargo, Amnistía Internacional denunció que no realizaron ninguna investigación.
A la falta de protección de las mujeres se le suma la imposibilidad de visibilizar los hechos. Meses atrás el gobierno impulsó una nueva ley contra la libertad de expresión. Bajo este marco, si consideran que una información es «tendenciosa» el castigo puede ser de cinco años de cárcel y una multa de hasta 25.000 dólares.
Casarse con su violador o condenada por denunciar
En febrero de este año se conoció el caso de Paola Schietekat Sedas, quien fue abusada sexualmente y acusada por denunciar al agresor. El 6 de junio de 2021 se encontraba trabajando en el territorio árabe como economista conductual en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, entidad responsable de organizar el mundial.
Esa noche, un conocido de la comunidad latina en Doha se metió en su departamento mientras dormía y la violó. Ella pasó el resto de esa noche en un hotel por si el agresor volvía y, a la mañana siguiente, fue a revisarse con un médico y a la policía para realizar una denuncia.
Pero el calvario no terminó allí. Por el contrario, ese mismo día el agresor manifestó que ella era “su novia”. Para las leyes cataríes, ello supondría una relación sexual fuera del matrimonio, considerado un delito en el país, penado con prisión y latigazos únicamente para las mujeres.
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“En cierto punto me exigieron una prueba de virginidad. Por alguna razón yo había pasado a ser la acusada”, señaló la denunciante durante una entrevista con la agencia AFP.
El caso fue referido a la corte criminal, y el agresor fue absuelto del cargo de agresión a pesar del informe médico. Por su parte, Schietekat Sedas fue condenada a 100 latigazos y 7 años de prisión. Para evadir la condena, su abogada se atrevió a recomendarle que se casara con el abusador.
La pena no se concretó gracias a que la mujer logró salir del país. No fue fácil, para ello necesitó la ayuda del Comité Organizador del Mundial y de Human Rights Watch. Ahora, si no quiere ir presa, no puede regresar ni a Doha, ni a lo que ella calificó como su “trabajo soñado”.
Caso Noof al Maadeed
Al caso de Paola se le suma el de Noof al Maadeed, mujer catarí de 23 años que solicitó asilo en Reino Unido alegando abusos en el ámbito familiar. La joven decidió regresar a Qatar tras pedir garantías a las autoridades y comenzó a documentar su retorno en las redes sociales. Sin embargo, no se volvió a saber nada de ella a partir del 13 de octubre del año pasado, después de denunciar ante la policía amenazas de familiares.
Comunidad LGBTIQ+
Las mujeres no son las únicas que sufren las consecuencias de las leyes en Qatar, lo mismo sucede con la comunidad LGBTIQ+. Meses atrás se volvieron virales los dichos del presidente del comité organizador de la Copa del Mundo, Nasser Al-Khater quien dijo que los seguidores LGTBIQ+ tendrán derecho a viajar al país y asistir a los partidos, pero que “las demostraciones públicas de afecto están mal vistas y esto se aplica a todos”.
Esto se debe a que el Código Penal del país continúa tipificando las relaciones homosexuales como un delito punible con hasta siete años de prisión. El artículo 296 especifica los delitos de “conducir, instigar o seducir a un varón de cualquier manera para que cometa sodomía o disipación” e “inducir o seducir a un varón o a una mujer de cualquier manera para que cometa acciones ilegales o inmorales”.