El Espacio de Arte es uno de los programas que posee el Museo Muñiz, perteneciente al Hospital de Infecciosas Francisco Muñiz. Está ubicado en Uspallata 2272, barrio porteño de Parque Patricios. A fines de abril se inauguró una nueva muestra artística, “Alguien de lo onírico”, de les artistas Cartón Pintado y Érica Santamaría. Una vez más, el arte invita al abordaje integral de les pacientes que conviven con VIH.
Este museo se inauguró en 2009, con el objetivo de proteger, preservar y difundir el patrimonio histórico del Hospital. Luego surgió la intención de facilitar el acceso a pacientes y personal de salud, a expresiones de arte que por lo general circulan por ámbitos tradicionales como galerías y museos. El espacio constituye un ámbito donde la cultura está al servicio de la comunidad hospitalaria.
En ese contexto, se decidió adecuar una sala de espera para que se convierta en el Espacio de Arte, un lugar donde realizar exhibiciones de artes visuales, como pintura, dibujo, fotografía, entre otras. La sala en cuestión está dedicada exclusivamente a la entrega de medicación antirretroviral para aquellas personas que conviven con el virus de VIH, y no cuentan con obra social. Cada día asisten más de 150 personas que retiran su medicación mensual como parte de su tratamiento.
Nota al Pie conversó con la Licenciada Tuti Maglio, responsable de Relaciones Institucionales del Hospital Muñiz.
Salud y arte
“El Espacio de Arte nace en el año 2009. Tiene su origen en una muestra que habíamos hecho junto con Alicia Herrero y Leandro Torres”, comenzó explicando Maglio. Fue una actividad que duró un día y que les gustó mucho. “Entonces dijimos ¿por qué en lugar de hacerlo un día no tratamos de hacerla de manera permanente?”, continuó.
Como había que buscar un lugar, consideraron que el anexo de farmacia, donde se entrega la medicación antirretroviral, era el correcto. “Nos pareció un buen lugar para compartir experiencias relacionadas con el arte. Estos pacientes tienen una rutina de asistencia a este sector por los requerimientos de su enfermedad. Una vez por mes, o cada dos meses, asisten a retirar la medicación”, indicó.
Desde que se inauguró, realizaron más de 30 muestras. Participaron artistas reconocidos y de renombre, como: Alejandra Fenocchio, Marcos López, Marcia Schwarz y María Inés Tapia Rivero. También exhibieron sus obras les mismes pacientes.
“Además, participan pacientes ya sea porque ellos mismos realizan alguna actividad con el arte porque son fotógrafos, pintores o cualquier otra disciplina, o porque participan de los talleres que funcionan dentro del Museo Muñiz. Ellos exponen sus trabajos anuales en diciembre”, destacó la licenciada.
“Creemos que este Espacio de Arte es un aporte a la atención integral de los pacientes”, definió. Consideran, además, que esta propuesta tiene relevancia. “Creemos que apropiarse de un lugar que tiene que ver con la rutina diaria de los cuidados que llevan adelante los y las pacientes por la gestión de su enfermedad, es una forma de apropiarse de ese espacio”, expresó.
Se apropian ya sea porque participan en los talleres y ellos mismos producen las obras que se exhiben, o porque las obras exhibidas abordan temáticas relacionadas con sus vidas. Aunque también están aquelles que asisten a disfrutar del arte en sí.
Según Maglio, “en general las personas que concurren a esta farmacia no suelen ir a galerías, museos u otros espacios más vinculados tradicionalmente con el circuito del arte. Esta es una manera y una herramienta complementaria del proceso de salud, enfermedad, atención y cuidado”.
Hacia un abordaje integral
El Museo del Hospital Muñiz posee cuatro programas, y uno de ellos es el Espacio de Arte. Otro de los programas está relacionado con el fomento a la lectura. “Se aborda la disponibilidad de libros y algunas actividades relacionadas con la lectura para pacientes y equipos de salud”, comentó la entrevistada. Además, hay talleres para pacientes y un programa de preservación del patrimonio histórico y cultural del hospital.
“En todos los casos, se trata de favorecer la accesibilidad al tratamiento a partir de intensificar la relación con el hospital. De transformarlo en un lugar de pertenencia en tanto puedan situarse como protagonistas del espacio, de representarse a ellos mismos y significarse como actores en la gestión de ese espacio de tránsito cotidiano en su rutina de cuidados”, concluyó.