A finales del año 2006 Brian K. Vaughan, ganador entonces de dos premios Eisner (y muchos más por venir), tomó las riendas de Doctor Strange. El hechicero supremo de Marvel Comics se embarcaría en una historia que pondría a prueba el juramento que hizo al comienzo de su carrera médica. La historia se desarrolló en cinco números ilustrados por Marcos Martin.
Creado en 1963 por Stan Lee y Steve Ditko, Stephen Strange se presenta como un exitoso, egocéntrico y codicioso neurocirujano. Cuando sus manos se ven afectadas de forma casi irreparable en un accidente decide buscar una cura. Su camino lo llevó a encontrarse con un hombre conocido como “El Ancestral” quien lo educó en las artes místicas, llegando así a convertirse en Hechicero Supremo.
El Juramento
Esta historia empieza con una emergencia, Strange es ingresado por Wong, su fiel sirviente, al consultorio de Night Nurse, una doctora de héroes. Al Hechicero le han herido de bala intentando robarle un elixir mágico de gran importancia. La prisa por recuperar esta sustancia hace que Strange (una vez remendado), Wong y Night Nurse salgan a la búsqueda del objeto robado.
La razón de todo este movimiento, es Wong. El sirviente de Doctor Strange ha sido diagnosticado con un tumor cerebral que es inoperable. En su obstinación por no perder a su amigo, utilizando de excusa su juramento hipocrático, el hechicero supremo no ceja en su búsqueda de la cura. Sin embargo, el pasado lo encontrará, considerando que antes no fue tan presto a cumplir su voto.
Las pistas del robo llevarán hacia caminos inesperados, tanto como se puede esperar en una historia del Hechicero Supremo. En esta historia, la salud, el sacrificio y las promesas cumplidas y quebrantadas jugarán un rol principal. Al fin de cuentas, un juramento es un compromiso importante.
Construir sobre los defectos
Brian K. Vaughan ha tomado el trabajo de enfocar sus obras hacia el comportamiento humano en situaciones extremas. En “Y The Last Man” por la que ya había ganado un Eisner, focalizó en la desesperación de un mundo sin hombres, o solo con uno en él. Aquí, la cuestión toma rumbos más morales.
El autor comienza con la premisa de lo que Strange pudo causar en su tiempo como neurocirujano, y cómo sus actitudes pueden repercutir en su presente. Ahora, que es un hombre que normalmente antepone a los demás a su propio bienestar, se le presenta un problema más grande; un sacrificio que lo pondrá realmente en una situación difícil.
La panacea, el elixir del que Vaughan habla, y que los personajes comprueban, es la cura para todas las enfermedades del mundo. Puede salvar a Wong de su tumor terminal, y al resto de las personas enfermas, pero su obstáculo será la representación burocrática de la medicina misma. En este caso, con nombre de una farmacéutica que con este descubrimiento podría perder millones.
Vaughan es inteligente, y no se queda simplemente en la crítica social al enriquecimiento mediante la salud. Trae el tema mediante personajes del pasado de Strange, y no los muestra como meros capitalistas codiciosos (no a todos al menos). Los dilemas morales que trae este elixir no afectará solo al doctor. Al final del día, habrá una decisión que tomar, y el resultado es digno de discusión.
El arte simple como catalizador de la complejidad
El estilo de Marcos Martin viene como anillo al dedo a esta obra. Pudiendo buscar la opulencia y el dramatismo desde el dibujo realista, se eligió a un artista de trazo estilizado. En este caso, la simpleza del arte de Martin utiliza menos para expresar más. Se puede ver, tanto en las portadas como en las viñetas, cómo cada línea está utilizada en función de la expresión.
Wong siempre tuvo la apariencia de un monje, Martin mantiene esa estética, pero al verlo uno no puede evitar notar su condición. Wong se muere, quien ponga la obra frente a sus ojos puede notarlo, Martin hace un trabajo excelente en comunicar esto.
El plano astral, y las diferentes dimensiones exploradas a lo largo del recorrido de los personajes, también se benefician del estilo del artista. Sin embargo, los colores de Javier Rodriguez son los que cierran el trato. Rodriguez eligió una paleta que da una impresión de claridad, pero sugiere algo completamente diferente.
A lo largo de las páginas, veremos que las viñetas están llenas de tonos de amarillo y verde. Estos colores representan la incomodidad y la enfermedad, sobre todo cuando son utilizados sobre seres vivos. En las dimensiones paralelas, aparecerán en las tonalidades de los fondos, para demostrar que al huir del mundo material, la salud empeora.
Solo en lugares donde los personajes estén más tranquilos, los amarillos y verdes desaparecerán, para dar lugar a tonos neutros. El cáncer es una enfermedad que se tratará de diferentes maneras en Marvel. El Capitán Marvel murió de esta enfermedad en 1982, y hacia el futuro, Jane Foster también la padecerá en Mighty Thor en su arco como Diosa del Trueno.
Strange, en numerosas ocasiones, deberá enfrentar los demonios de su pasado. Esto también sucede en la última adaptación cinematográfica “Doctor Strange in the Multiverse of Madness”.
“El Juramento” ha sido publicado en Argentina por Editorial Salvat como parte de “La Colección Definitiva de Novelas Gráficas de Marvel” en el número 47.