En Corrientes continúa desarrollándose la muestra Tembe’y, Orilla, una muestra colectiva que propone un diálogo con el arte popular, indígena y contemporáneo del Paraguay. La misma está curada por Carolina Urresti, quien es gestora cultural y diseñadora de indumentaria. La propuesta consta de la exposición de obras en tres espacios: El Museo de Bellas Artes, el Museo de Artesanías Tradicionales y el Centro Cultural Universitario.
Inaugurada en septiembre del año pasado en la ciudad de Rosario, la muestra posteriormente se trasladó a Buenos Aires y ahora se encuentra en Corrientes. “De alguna manera cada espacio determina un poco el guion curatorial original. Condiciona lo arquitectónico y lo espacial”, aseguró Urresti al referirse al montaje de la muestra en los distintos espacios.
La muestra está constituida por obras de artistas del Paraguay a través de las cuales se reconocen aspectos culturales e históricos del país vecino. El término “Tembe’y” es una palabra de origen guaraní que significa “orilla”. “Orillas que son difusas, porque el agua nunca baña y abandona de la misma manera la costa”, sostiene el argumento de las exposiciones.
En este sentido, también reflexionó sobre la presentación de “un arte más disruptivo, con un contenido más por fuera de lo que se puede ser sólo contemplar una obra. Tiene que ver con plantearse ciertos interrogantes y demandar una lectura que no sea superficial”, dijo la curadora al momento de explicar cuál es el eje de la propuesta.
Obras para pensar
La selección que integra la muestra se encuentra en tres espacios distintos dentro de Corrientes, y está orientada a poder mostrar una variedad de técnicas, materiales, conocimientos e historias. Las piezas provienen de universos particulares del arte popular, indígena y contemporáneo del Paraguay. Sin embargo, también se incluyen colaboraciones de artistas argentinos.
Las obras presentan un alto contenido histórico, sobre todo porque remiten al escenario de la guerra de la Triple Alianza. La muestra arranca con una obra de Manuel Alviso, quien trabaja mucho con lo actoral y performático. “Él creó la pieza que vendría a ser el soldado niño, mediante la cual pone en discusión la imagen heroica de los niños, cuando en realidad ellos fueron víctimas”, dijo Urresti, al iniciar el recorrido por las muestras expuestas en el Centro Cultural Universitario.
Esta obra remite a la conmemoración de la batalla de Acosta Ñú en la que combatieron, y fueron masacrades, cientos de niñes. Por ello, en el país vecino, la festividad de día de les niñes concuerda con la fecha en la que se libró esta batalla. Otras obras también hacen alusión a la Guerra de la Triple Alianza, como por ejemplo, una serie de documentaciones bajo la técnica de grabado que remiten a obras periodísticas ilustradas, sin textos, de quienes funcionaban como cronistas de guerra.
Por otra parte, otra de las piezas representa la bandera de Paraguay en la que se evidencian nueve cuadros que aluden a distintas etapas históricas. “Es una bandera que se la pedí al Taller Hermandad Santa María de Fe que, así como las bordadoras, relataban y documentaban en el textil la historia. Es una pieza que con nueve recuadros puede sintetizar de alguna manera la historia del Paraguay”, contó Urresti.
Guerras del ayer y hoy
En la visita guiada Urresti explicó que cuando pensó la muestra “incorporé la guerra, y pasó que en enero de golpe apareció la de Rusia y Ucrania, algo que por momentos parece lejana, pero estamos viviéndola”. Ante esto, reflexionó que, si bien las obras remiten al contexto socio histórico y cultural de la Triple Alianza, es posible tener una mirada mucho más contemporánea y desde distintos aspectos.
Por otra parte, rescató que todas las piezas están conectadas entre sí, que remiten al pasado pero que hay forma de traerlas al presente con una lectura mucho más profunda. “Acá ustedes están mucho más familiarizados con el Paraguay, pero desde la mirada porteña o de Rosario, hay mucha estigmatización”, comentó la artista.
Además, agregó que “fue muy fuerte lo que empezó a pasar porque se acercó un público muy joven, hablando de sus abuelos, sus historias; entonces aparecía alguien que podía conectar con estas historias y actualizarlas”. Otras de las obras es un mapamundi bordado, que se llama Inmigrantes, y remite al padecimiento de ser atravesados por una expulsión, por cuestiones políticas, económicas y más por algo tan complejo como la guerra.
Cultura y religiosidad
Una de las grandes tradiciones que también está expresada en la muestra tiene que ver con las celebraciones religiosas. En este caso, es la de San Francisco Solano, en cuya festividad convergen las tradiciones ancestrales y las contemporáneas.
Esta es una de las tradiciones más significativas en hacerse presente en la muestra emplazada en el Centro Cultural Universitario. Son lugares “donde se mantiene muy viva festividades, que son muy interesantes ver cómo sobreviven porque hay algo tradicional y local”, comentó la curadora.
La sección de la muestra que hace referencia a esta tradición religiosa está compuesta por fotografías, gravados y un ejemplar de un bonete cubierto de plumas. La guía aseguró que “así se vestían los promeseros, con un bonete de cartón cubierto de plumas, porque vendrían a representar las aves que acompañan a San Francisco”.
Para finalizar, la muestra la completan piezas de ñanduti, que son piezas de encaje de agujas tejidos sobre bastidores y que asemejan a telas de araña por su composición radial. A través de estos trabajos se documentaban distintos episodios históricos, las expuestas en esta muestra se calcula que datan de 1860.