El Río Paraná en el tramo argentino presenta bajas en los niveles de agua hace varios meses. La sequía en la cuenca del río afecta al transporte de combustible como también a las actividades agropecuarias, ictícola, pesca y la exportación de productos.
En ese sentido, la falta de combustible en la provincia de Formosa se debe a que la bajante del río afecta el traslado; en consecuencia no pueda funcionar la planta de abastecimiento de la región. La misma provoca que para trasladar combustible se realicen más kilómetros para abastecer a una estación.
El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicios de Formosa, Angel Luis Bigatti, explicó que la situación “resiente la oferta la cantidad de camiones, todas las reglamentaciones existentes, el estado de las rutas, el costo que eso significa”. De igual manera, agregó que hay otro factor que se deja de lado; este puede promover el desarrollo productivo de la provincia de formosa y el noreste, “se trata de los biocombustibles”.
Por otro lado, sostiene que el gobierno debería tomar medidas con respecto a esta situación a través de la planificación. “Nosotros tenemos el autoabastecimiento al alcance de la mano, pero lo que está fallando es el transporte. En el corto plazo hay un aumento de la demanda y no se puede aumentar la oferta porque está restringida”, explicó.
En la misma línea, señaló que debido a la cantidad de combustible que tienen que buscar y el aumento en los costos. Se necesita de una “planificación y tomar medidas de forma oportuna, de lo contrario se va restringir la producción y el daño va a ser muy grande”.
Las consecuencias de la bajada del río
Según señala un informe del Instituto Nacional del Agua (INA), no se espera “un rápido retorno a la normalidad”, y la situación se podría extender durante todo el otoño. Los niveles de agua del río Paraná en territorio argentino se mantendrán bajos durante marzo, abril y mayo, con eventuales recuperaciones de corto plazo. Desde la entidad informaron que la bajante “es la peor desde 1944”.
La carencia de lluvias en la cuenca del río, no permite aumentar el nivel del agua necesaria para la navegación. Por ello, se espera que continúen los problemas relacionados al embarque de mercadería y combustible, también las actividades de la industria pesquera.
El director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Pablo Mercuri, resaltó que la sequía del litoral y noreste argentino está ligada a lo que ocurre en el sur de Brasil y Paraguay. “Todo lo que ocurrió en Chaco, Corrientes y Formosa, por ejemplo, está en relación directa con lo que le sucede al Paraná”, según informa el portal sinmordaza.com
“Todas esas lluvias en territorio escurren por arroyos y riachos hacia el Paraná y como la falta de precipitaciones todavía no se revirtió en esos territorios, tampoco sucedió con la situación del río”, expresó Mercuri.
La falta de agua en el Paraná provoca mayores complicaciones y un aumento en el costo de las exportaciones del sector agropecuario. Esto se debe a que por la Hidrovía se despacha el 80 por ciento de la producción nacional.
Los barcos de carga que ingresan a los puertos trasladan menor volumen de mercadería. A su vez, tienen una mayor estadía en los puertos, ya que su ingreso y egreso demoran más tiempo.
Entre las actividades que se ven afectadas se encuentra la ganadería de islas por la falta de pasturas, la pesca tanto artesanal como comercial, producciones regionales en la zona del Delta y la producción de frutillas, entre otras, de acuerdo a la publicación de diarioelnorte.com.ar.