El Código de Convivencia que el intendente platense Julio Garro había comenzado a diseñar en 2018 tiene como objetivo, según sus palabras, modernizar la ciudad bonaerense y «ordenar lo que estaba desordenado». El respeto social, el cuidado del medio ambiente, la protección animal y la salubridad pública son sus cuatro ejes principales.
Sin embargo, la perspectiva de las organizaciones de trabajadores que lo rechazaron es diametralmente opuesta. Nota al Pie dialogó con Tamara Vera, referenta del Movimiento Barrial Pueblo Adentro, del Encuentro Nacional Popular Latinoamericano de La Plata, Berisso y Ensenada. A continuación, no te pierdas la entrevista con las razones que argumen.
-¿Por qué motivos rechazan el Código de Convivencia?
-Este Código propone recaudación para el municipio y «corregir» las iniciativas económicas del partido de La Plata que no coincidan con lo que propone Garro. Esto es una ciudad organizada, sin producción y trabajo, sin expresión cultural, sin posibilidades de expresión de la protesta. El Código tiene como objetivo principal reducir los derechos.
Actualmente hay todo un movimiento de trabajadores de la cultura y la economía popular, de trabajadoras sexuales, que tenemos recursos para hacer valer el trabajo y la venta de los compañeros (ambulantes) en el ámbito de la ciudad. El Estado lo reconoce, les figura un certificado a nivel nacional que respalda su trabajo.
Para mí este es un punto importante porque no fue tenido en cuenta para armar el Código, que fue hecho para que recaude el municipio y se reduzcan derechos.
-¿Qué clases de iniciativas se realizaron para combatirlo?
-Se hicieron varias movidas, primero de organización interna. Hay una mesa de trabajo donde estamos todos los sectores que somos afectados por este Código. Se llevaron a cabo diferentes instancias de movilización, de presentación al Concejo Deliberante. Los platenses no sabemos ni googleando cuándo son las sesiones.
Es importante que se tomen algunos temas para revisar este Código, que dice ser de convivencia pero tiene estas otras características. No viene a “regular” cómo tiene que funcionar el partido de La Plata. Solo viene a recaudar y piensa la ciudad más a tono de lo que es Capital, que tiene sus propios rasgos y no son los nuestros.
-Una vez conformada la mesa, ¿cómo avanzaron?
-Primero que nada, nos asesoramos con la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que se puso a disposición para analizar los artículos del Código. Ellos estuvieron siempre en contra de esa propuesta. Nos planteaban que el Código puede sugerir pero no incidir en cómo se resuelva.
Después convocar a los vecinos y vecinas de la ciudad de La Plata porque no hay conocimiento de lo que se sancionó en el común de la gente.
En esa mesa también participan movimientos de manteros y feriantes, lo cual es muy importante porque son muchos los vecinos que vienen al casco a feriar, a vender sus productos, a formar ferias itinerantes para hacer plata y así poder mantenerse. En vez de pensar una propuesta para ese grupo de ciudadanos, se los negó. La posibilidad de trabajar queda reducida al casco de la ciudad que está representada por los servicios, no por la industria y la producción.
Nuestro objetivo es generar una mesa donde se nos escuche y se ponga en valor nuestro trabajo comunitario. Parece que a nivel local no se reconoce lo que sí sucede en lo nacional y provincial. Que se valore el trabajo de los compañeros y compañeras en los barrios, por ejemplo las cooperativas de trabajo. El municipio no reconoce que esos trabajadores existan.
-¿Cuáles son las condiciones para luchar en la actualidad?
-Todo fue a último momento, un Código aprobado sin ponerlo en diálogo con la gente. Se desconocían las mesas de discusiones que llevaban a las comisiones y tampoco hay una articulación e información constante. Por eso con las organizaciones nos venimos reuniendo desde el año pasado, incluso en pandemia, lo cual dificulta el sostenimiento y llevar en común el plan de lucha. Ahora, en otras condiciones, se está volviendo a retomar y con propuestas concretas.
Garro y su gestión quiere mover unas ferias, proponerle a los feriantes de Plaza Italia que pongan los gazebos pero con una cuota, y hay muchos trabajadores que no pueden afrontar ese gasto.
Hay muchas propuestas que los trabajadores podríamos acercar pero no nos escuchan. ¿Qué considera Garro los ruidos molestos? En los centros culturales no se podría hacer ruido después de las diez de la noche y eso supone una gran traba para los trabajadores de la cultura.
Lo mismo en relación a la protesta. No vamos a poder tomar la calle como momento de lucha y reivindicación porque obstruimos el paso de otros. Juega mucho con los derechos libertarios, un discurso vacío e individualista. Nosotros proponemos algo más colectivo y que sea para producir trabajo, que la gente no sufra hambre. Que se invisibiliza no quiere decir que no exista.
-¿Están trabajando en alguna propuesta concreta? ¿Cuáles son los desafíos por delante?
-Se estaba pensando a fin del año pasado un feriazo en frente del municipio, la idea es retomarlo porque no lo pudimos concretar. Queremos apostar al encuentro y la presencialidad. Hoy no podemos seguir con esta situación de no juntarnos, así que de cara a lo que viene habrá encuentros presenciales y retomar la mesa.
El Código ya se aprobó pero hay cosas en términos legales que podemos proponer otras cosas. No hay quórum en el Concejo Deliberante, asique con quienes nos representan tenemos que empezar a reunirnos para construir una propuesta que se pueda llevar a Comisión. Que en la parte legislativa se pueda también organizar la calle porque en el Consejo Deliberante Garro tiene todo a disposición para aprobar lo que quiera.
Hay algo también importante como los carnavales, incluso el día de la ciudad de La Plata. Hay cuestiones de sentido que las perdimos. Vamos a recuperarlo y darle sentido a lo que se va haciendo. Si no parece que lo que pasa en el Concejo Deliberante es cuestión de los concejales, y no es así. Lo que sucede ahí nos perjudica. Así que también es un desafío, una tarea de la militancia.