El Fondo de Servicio Universal (FSU) es un instrumento de política pública mediante el cual los operadores de telecomunicaciones financian la inclusión en materia de conectividad. En este sentido, tanto en la Argentina como en el resto de los países, los entes gubernamentales establecen las contribuciones obligatorias a ser realizadas por las empresas del sector, con el objeto de administrar esos fondos para reducir la brecha digital.
Alliance for Affordable Internet es una fundación que investiga el resultado de esa política pública junto a la organización Internet Society. En América Latina, la responsable de elaborar el informe anual es Nathalia Foditsch, especialista senior en política y regulación.
La experta en conectividad concedió este fin de semana una entrevista al programa El Algoritmo Escondido de Radio con Vos, conducido por Santiago Martínez Laino y Micaela Mendelevich. Allí, abordó en detalle el contenido del informe anual recientemente publicado.
La financiación de la inclusión tecnológica
Nathalia Foditsch relató que el Fondo de Servicio Universal “se ha constituido en América Latina y Caribe hace 20 años”; y describió que “se trata una contribución de las empresas de telecomunicaciones con un porcentual de sus rentas”.
Respecto a la esencia de esa iniciativa, la especialista destacó que el origen del fondo aspira a “que se hagan proyectos para universalizar la conectividad. Inicialmente se concentró en la telefonía pero ahora el proyecto de conectividad se focaliza en la banda ancha”.
El caso de la Argentina
Foditsch precisó a El Algoritmo Escondido que el estudio que realizan sobre la conectividad abarca a 24 países de América Latina y el Caribe. De esas naciones, remarcó que “Argentina es abordado en el estudio porque ha hecho cambios regulatorios hace menos de dos años que consideramos son muy positivos”. En este sentido, la experta señaló que “los fondos en Argentina se usan de modo muy favorable; porque las redes comunitarias pueden acceder a estos recursos”.
Al respecto, enfatizó que “los pequeños y medianos proveedores pueden desarrollarse y eso no es algo tan común en la región”. Como contrapartida, Foditsch advirtió que “en otros países latinoamericanos suelen ser las grandes empresas de telecomunicaciones quienes acceden a estos fondos”.
Según el informe, durante los últimos cinco años la Argentina ha tenido un buen desempeño en términos de la ejecución de los montos de los fondos para conectividad. Los otros países que presentan méritos similares son Chile, Colombia, Costa Rica, Jamaica y San Vicente y Las Grenadinas. Respecto del destino de los recursos, se los suele utilizar para infraestructura y también para gobierno digital. Sin embargo, también hay otros usos como lo es el acceso público a la información y subsidios para equipamiento.
El impacto de la pandemia en la conectividad
Tras dos años en los que el mundo virtual comenzó a ser escenario de reuniones y tareas antes limitadas a la presencialidad, Nathalia Foditsch comentó que “la pandemia hizo que mucha gente entienda la necesidad de hacer cambios regulatorios vinculados a la conectividad”. Al respecto, puntualizó: “Nosotros trabajamos para que desde los gobiernos se garantice la conectividad”.
Sin embargo, advirtió que los avances en la materia deben no sólo considerar la conectividad, sino también “garantizar por sobre todo su calidad porque si tienes acceso pero a una cantidad de datos limitados eso no es suficiente”.
En el mismo sentido, advirtió las desventajas de la deficiencia de la conectividad. “Si se presenta una velocidad que no es buena, eso afecta al usuario, porque si un niño o una niña no tiene velocidad de conexión no puede tener clases aún teniendo un dispositivo adecuado”, remarcó. Por último, la experta en reducción de brecha digital consideró que “los fondos son un importante recurso para que podamos avanzar hacía la universalidad en conectividad”.