El sábado cinco de febrero, el candidato para diputado nacional, Carlos Funes, en conjunto con efectives policiales expulsaron a la comunidad originaria que habita en El Mollar. El hecho fue concebido sin una orden judicial y de manera violenta.
La cacique del territorio, Margarita Mamani, expresó que la desocupación comenzó el día anterior, donde les agentes policiales pusieron palos de cementos por encima de la calle, rompieron alambrados, tiraron la apacheta e insultaron a les comuneres.
“Es lamentable lo que está pasando, para estos atropellos traen a un montón de efectivos policiales, pero cuando se los necesita nunca hay”, remarcó ante la falta de acción de las autoridades provinciales.
Años de abusos
Con aval del inciso 17 y 22 del art.75 de la Constitución Nacional, el territorio es propiedad de las comunidades originarias del país que tradicionalmente lo ocupan. Pese a esto, la policía entró haciendo alusión a que “solo seguían órdenes de sus superiores”.
Si bien la comunidad del barrio El Mollar habita hace siete años en el predio y lucha constantemente por sus derechos territoriales, a menudo viven esta forma de abuso por parte de les funcionaries públiques, que van desde persecuciones a la comunidad, hasta amenazas.
“Se adueñan racistamente sin papeles, pero a las dos horas ya los tienen en manos, solo hablan por teléfono mientras cada día se usurpan los terrenos”, sentenció Mamani.
Una historia de resistencia
Muchas veces sin agua, con sus tierras contaminadas y sin nadie que los contenga en materia de recursos, les habitantes de El Mollar tratan de arreglárselas como pueden. Un claro ejemplo es el de Margarita Mamani que, además de ser cacique, es activista por los derechos de las comunidades originarias.
No es la primera vez que Manani denuncia públicamente las extralimitaciones del poder institucional. Y que así mismo, afirma ser violentada por ser parte de la comunidad. El gobierno tucumano, lejos de dar una respuesta, vende las tierras y explota el paisaje para el turismo, sin anteponer al pueblo nativo.
Territorio sagrado
“Luego de la desocupación, el exconcejal caminó medio metro y se agarró el pie en medio de las piedras, señal que la Pachamama le hace ver la injusticia, además se rompió el auto en el que llegó” evidenció Margarita y así pronunció la importancia de las tierras.
El terreno en cuestión tiene una antigüedad de 2500 años y contiene restos arqueológicos de los más antiguos pueblos originarios, en especial de la cultura Calchaquí. Por eso, la comunidad consagra tanto la tierra y la protege, por el gran valor cultural.