La ucraniana Oksana Lyniv, de 43 años, ha sido contratada por el Teatro Comunale de Bologna, sede de la más antigua universidad de Italia, para dirigirla por estos próximos tres años. Es la primera vez que un teatro lírico sinfónico del país, cuna de la ópera, será dirigido por una mujer.
Lyniv tendrá a cargo por lo menos dos óperas y dos conciertos en cada temporada. En conversación con The Guardian, la directora expresó que se siente “muy honrada y feliz de formar parte de este punto de inflexión histórico”.
El Teatro Comunale de Bologna abrió sus puestas en 1763 con “El triunfo de Cloelia’, de Christoph Willibald Gluck. Por su sala han pasado los más grandes compositores italianos como Wagner, Verdi, Rossini y Bellini.
Lyniv debutará como la primera mujer directora musical en Bolonia el próximo 14 de enero. Allí, hará su debut con “La Valquiria”, de Richard Wagner, interpretada en forma de concierto. “El color del fajín será azul oscuro como en Bayreuth. Para el sonido de Wagner, el azul oscuro me parece adecuado, el azul como el cielo nocturno” indicó la directora.
La directora ucraniana vuelve a hacer historia
Oksana Lyniv, nació en Brody, Ucrania Occidental, el 6 de enero de 1978, es hija de dos músicos y nieta de un director de coro. La primera vez que hizo orquesta fue a sus 16 años. La directora explicó sobre su pasión por la profesión: “A menudo me pregunto por qué elegí este trabajo. La respuesta que me doy es que cuando hago música siento que toco algo que pertenece a la eternidad. Es como si por unos momentos pudiera salir de mí misma, de ser hombre o mujer, del aquí y ahora”.
Además, estudió dirección en la Escuela de Música Stanislav Liudkevych en Lviv, al oeste de Ucrania, desde 1992 a 1996, época donde la mayoría de directores y profesores eran hombres. Allí, tuvo como maestro a Bogdan Dashak, director musical de la Ópera de Lviv, y en dicha ocasión Lyniv asumió funciones de asistente. Además, fue asistente en Múnich de Kirill Petrenko, director de la Filarmónica de Berlín. Ha comentado que le gustan directores como Bruckner, Strauss, Mahler, Dvorák, Chaikovski, Janácek, Puccini y Wagner.
Asimismo, Oksana Lyniv ha sido directora principal de la Ópera de Graz, en Austria y en julio del año pasado se convirtió en la primera mujer en inaugurar como directora el festival wagneriano de Bayreuth en Alemania en sus 145 años, lo que se considera un hecho muy importante y prestigioso para un artista.
A lo largo de su carrera, Lyniv también dirigió “El holándes errante”, de Wagner, con la presencia de la ex canciller alemana Angela Merkel. Esa misma obra la dirigió en 2017, en el Liceo de Barcelona, siendo la primera mujer que dirigía un título del compositor alemán en el teatro de las Ramblas; también fue pionera en el teatro Ópera de Roma.
“Es importante ser un ejemplo para las jóvenes directoras”
La ópera es un género artístico dramático que se representa en el teatro a partir de la música que nació en 1580 en las cortes de Florencia, Italia. Hacia el siglo XVII, Italia se consolidó como la cuna de la ópera, desde donde se extendió a Francia, y luego de un siglo, a Alemania y Austria.
Históricamente la ópera ha estado encabezada, sobre todo los puestos de liderazgos, por hombres; hoy en día, si bien hay muchas mujeres que se profesionalizan, quienes ocupan los lugares de representación respecto a la creación y dirección en su mayoría son hombres.
“No encontré mi estilo en los hombres, sino en la música y en mi personalidad” declaró la directora a Il Resto del Carlino de Bolonia . Y, en este sentido señaló que “para mí es importante ser un ejemplo para las jóvenes directoras. En mis últimas clases magistrales en la Ópera de Odessa, el número de las participantes no era menor que el número de participantes y las mujeres no tenían menos talento que los hombres”.
Además, Lyniv ha destacado una diferencia entre mujeres y hombres en el campo músical y en referencia a ello aseguró que “he notado en las mujeres una mayor flexibilidad y curiosidad para cambiar su punto de vista o forma de trabajar. Los hombres son más rígidos, se mantienen firmes en sus creencias, aunque se equivoquen. En cambio, descubrí que las mujeres estaban más dispuestas a probar algo nuevo, con más curiosidad y flexibilidad”.