Pasó fin de año, fechas para relajarse y disfrutar con les seres querides, pero una vez más no fue esta la situación, ya que miles de familias pasaron las fiestas con calor y sin luz. Los apagones y los cortes de electricidad son cada vez más frecuentes y extensos. A 30 años de la privatización de los servicios de electricidad, el pedido de que este derecho esté en manos del Estado vuelve a tomar fuerza.
En este marco, el Secretario General de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía, Carlos Minucci, conversó con Nota al Pie y compartió su opinión sobre el actual servicio y las opciones que existen para mejorar su calidad.
La privatización
La década de los 90 estuvo marcada por el proceso de las privatizaciones. Durante esos años se cedió el control de las empresas y entes que estaban bajo la tutela del Estado a los grupos financieros multimillonarios. El servicio de electricidad no fue la excepción.
Empresas estatales como SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires), que generaba energía para la Ciudad y el Gran Buenos Aires, pasó a manos privadas y fue dividida en siete unidades de negocios: cuatro empresas generadoras y tres distribuidoras. Se trata de EDESUR (Empresa Distribuidora de Energía Sur Sociedad Anónima), EDENOR (Empresa Distribuidora y Comercializadora Norte Sociedad Anónima) y EDELAP (Empresa Distribuidora La Plata Sociedad Anónima).
“Si nos remontamos al año 1992, que se inicia en el mes de septiembre la privatización, y recorremos toda el área de concesión, que era de SEGBA, vamos a ver que no ha cambiado en nada. No se agregó ningún tipo de instalaciones y los diferentes lugares se fueron deteriorando”, comentó Minucci. En este sentido, añadió que la privatización no sólo “no ha sido positiva” sino que además generó un gran retraso en estos últimos 30 años y que el servicio actual deja mucho que desear.
“Son empresas que de un servicio público pasaron a ser un negocio privado y se olvidaron que había ciudadanos que dependen de estas empresas para tener un servicio público y esencial”, amplió.
El servicio ofrecido
“En todas partes del mundo las tarifas de servicio público están subsidiadas. En los cuatro años del gobierno anterior se excedieron y se fueron a sumas siderales que la gente no podía pagar”, analizó el Secretario General de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía. Al respecto, aseveró que “lo que se pagó de tarifa en los cuatro años del macrismo fue abismal y no correspondía al servicio que tenía”.
Asimismo, compartió que para él la relación de tarifa/servicio no incide en la calidad que se brinda: “El servicio eléctrico se está pagando por un servicio que no está respondiendo a las necesidades, ya sea por cortes, baja tensión o por alta tensión que quema los aparatos”. Es decir que en la actualidad la tarifa no sólo es excesiva, sino que su precio no coincide con lo que une recibe de servicio.
En cuanto a les trabajadores de estas empresas, en los últimos años muches decidieron irse voluntariamente por las malas condiciones y los bajos sueldos. “Nosotros estamos con los salarios prácticamente demolidos, con problemas de estructuras y con falta de personal”, contó Minucci; y agregó: “Nunca han estado a favor de los trabajadores. Salvo en los 12 años de Nestor y Cristina donde se cobraba el sueldo que correspondía”.
En manos del Estado
Hace 30 años que el servicio público de electricidad está en manos privadas. Para Carlos Minucci en este lapso no hubo ninguna mejora, sino todo lo contrario. Es por eso que para él “el privado no está en condiciones de atender un servicio público que es un Derecho Humano declarado por la Naciones Unidas”; y más al ser una prestación que cubre varios espacios públicos y esenciales como lo son hospitales, plazas, escuelas, entre otros.
Minucci cree que para que haya una mejora en el servicio es fundamental sentarse y analizar las diferentes situaciones; y en base a eso realizar propuestas para las zonas más críticas y que necesiten un mantenimiento más urgente. “Hay que hacer subestaciones, tirar líneas de media y de baja tensión, hay que hacer cámaras y un montón de trabajos que hoy no se vienen haciendo”, comentó.
A todo esto se le suma la cantidad de consumo que existe hoy en día. Cada vez son más las torres y los edificios que se construyen, pero se mantienen las mismas estructuras de 1992, lo que dificulta la calidad del servicio que se intenta brindar.
“Hay que generar un sistema de inversiones, reducir la cantidad de directores y gerentes que tenemos; y todo eso son gastos que entran en lo que podrían ser obras”, analizó Minucci. Al respecto, aseguró que si bien esto puede llevar un tiempo, son medidas que con trabajo y planificación se pueden llevar a cabo.
Para finalizar, exigió que “el Estado asuma el rol del Estado como corresponde; que verifique en los contratos de concesión y si no cumple dar de baja y ponerse a manejar como se hizo con AYSA”; y añadió que “eso es lo que hace el Estado, porque no tiene que estar atrás de la ganancia sino que esta atras del servicio”.