Un artículo realizado por Marcelo Gisand y publicado en la página del CONICET explica que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el arsénico es una de las sustancias químicas más preocupantes para la salud pública. Surge naturalmente a partir de la disolución de materiales relacionados con erupciones volcánicas que se fueron depositando en el sedimento de acuíferos o napas.
Además, el mismo explica que es precisamente uno de los principales contaminantes de agua subterránea. La única fuente para la obtención de ese recurso para el consumo humano en gran parte de la Argentina.
“La ingesta sostenida de agua con altas concentraciones de arsénico provoca una enfermedad denominada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE)”, señala el informe y agrega que: “La misma es caracterizada por lesiones en la piel y fallas en el funcionamiento hepático, renal y respiratorio– y puede tener efectos cancerígenos”.
La presencia de arsénico en aguas subterráneas afecta a gran parte de la Provincia de Buenos Aires. Hay distritos en los cuales la concentración de arsénico supera ampliamente el máximo límite tolerable establecido por la OMS y el CAA de 10 microgramos por litro o partes por billón (ppb).
Es por esto que desde 2006, un equipo de profesionales del CONICET y las facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) vienen trabajando en el diseño de una planta de tratamiento de agua. Con el objetivo de remover esta sustancia y transformar al recurso natural en apto para su consumo.
Los comienzos del proyecto
Nota al Pie dialogó con Eliana Berardozzi, doctora en ingeniería quién es parte de esta experiencia desde el año 2012.
Este proyecto comenzó a desarrollarse en el año 2006, en el laboratorio de Ingeniería Sanitaria del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP.
“Del proyecto participaba gente de la Facultad de Exactas y del Departamento de Hidráulica. Necesitaban a una persona que se dedique de tiempo completo para realizar un doctorado en el tema del proyecto”, explicó la entrevistada.
Y agregó que: “Es entonces donde se contactan conmigo, ya que para ese cargo necesitaban una ingeniera o ingeniero químico”.
A su vez también participan el director del proyecto y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas, Dr. Sebastián García Einschlag, ingenieras químicas e ingenieros hidráulicos.
Berardozzi contó que el objetivo del proyecto es desarrollar una planta para la remoción de arsénico en agua de consumo. Está pensado que esta planta sea de bajo costo y pueda ser construida con materiales accesibles en el mercado local. Para ser utilizada por pequeñas comunidades o poblaciones aisladas.
La planta en la cual se trabaja, se basa en el empleo de la técnica de Hierro Cero-Valente (ZVI). Este proceso consiste en la remoción de contaminantes en fase acuosa por parte de distintos óxidos e hidróxidos de hierro que se forman a partir de la corrosión del hierro metálico.
“La fuente de hierro que usamos, que es el principal reactivo del proceso, es la virulana, que contiene ZVI”, agregó Berardozzi.
Etapas de trabajo
La ingeniera contó que en principio se trabajó con ensayos discontinuos en el laboratorio. Una vez que estos ensayos mostraron buenos resultados para remover arsénico, se implementaron sistemas continuos y se pasó a una escala piloto. Las primeras experiencias piloto se desarrollaron en las localidades bonaerenses de Gral. Rodríguez y Castelli y en una segunda etapa en Verónica y Pipinas.
“Los primeros ensayos a escala piloto, permitían tratar hasta 700 litros de agua por día. Y hoy la planta tiene una capacidad de hasta 20.000 litros”, aseguró la ingeniera a Nota al Pie.
La planta está pensada para abastecer de agua de consumo a una pequeña población. Siempre pensando que el agua tratada será utilizada solo para bebida y cocción de alimentos.
De los trabajos de campo participa personal de FEDECAP, federación que agrupa cooperativas de agua potable, la cooperativa de Verónica y la cooperativa de la localidad de Pipinas.
En esta última localidad se encuentra instalada la planta que permite obtener 10000 litros por día de agua libre de arsénico. Actualmente se realizan las últimas pruebas previas para poner en servicio la planta para brindar agua a la localidad de Pipinas.
Además, Berardozzi contó que el objetivo final del proyecto es tener un diseño completo de la planta. Para que pueda ser replicado en distintas cooperativas o municipios de la Provincia de Buenos Aires, donde la presencia del arsénico en las fuentes de agua subterráneas sea un problema.
Hacia un Estado presente
Este trabajo ha contado con el financiamiento de distintos organismos. Tanto de la Facultad de Ingeniería del Departamento de Hidráulica e Hidromecánica como del CONICET. Además, del Ministerio de Educación y de la Universidad Nacional de La Plata como de otras cooperativas.
“Hemos llegado a un buen resultado, pero para ello se necesitó apoyo económico para el desarrollo de la investigación durante muchos años”, explicó la ingeniera.
Al mismo tiempo, remarcó que: “Es importante destacar que es necesario el apoyo y la financiación en Ciencia y Tecnología para dar respuestas concretas a la sociedad. Por suerte nosotros contamos con apoyo de distintos sectores, que permitió que se pueda llevar adelante esta planta de tratamiento”.
Por último, expresó que: “Debemos fomentar el desarrollo de políticas públicas que permitan el acompañamiento y la sostenibilidad en el tiempo de proyectos de esta índole”.