El 3 de julio de 2013 se sancionó la Ley 26.871 por la cual se declaró al mate como infusión nacional, pero para que la bebida pudiera tener su día propio hubo que esperar dos años más. El 17 de diciembre de 2014 fue la Ley 27.117, la que estableció el 30 de noviembre de cada año como el Día Nacional del Mate, por lo que su primera celebración ocurrió recién en 2015.
La fecha conmemora el nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, el primer gobernador guaraní de la que fuera conocida como la Provincia Grande de las Misiones.
Desde Nota al Pie celebramos este día compartiendo el paso a paso para el cebado de un buen mate argentino.
¿Quién fue Andrés Guacurarí y Artigas?
Andrés Guacurarí, conocido popularmente como “Andresito”, fue el primer y único gobernador originario de nuestra historia. Aunque su nacimiento se sitúa en la ciudad correntina de Santo Tomé el 30 de noviembre de 1778; algunos historiadores señalan que habría indicios para afirmar que su pueblo de origen fue San Borja (Uruguay) dado que el apellido Guacurarí figura en los censos de la época jesuita. Más allá de estas versiones, lo cierto es que su infancia y educación transcurrió en la renombrada ciudad correntina.
En 1815 Guacurarí y Artigas fue nombrado Comandante General de Misiones, cargo equivalente al de gobernador, de la Provincia Grande de las Misiones.
Algo similar a su nacimiento ocurre con las diferentes versiones sobre su vínculo con el caudillo charrúa José Gervasio de Artigas, defensor de la Liga de los Pueblos Libres. Ambos mantenían una relación fraterna y de cercanía que puede constatarse en la correspondencia que mantuvieron; y en la autorización por parte del militar para que “Andresito” adoptara su apellido y pasara a llamarse Guacurarí y Artigas.
El mate: una costumbre ancestral
La historia del mate nace con los pueblos guaraníes. Para estos la caá (yerba mate) era una bebida sagrada, considerada un regalo de los dioses. Siempre llevaban consigo una bolsa de cuero con sus hojas trituradas que mascaban y colocaban en una calabaza a la que le introducían una caña ahuecada por la que bebían la infusión.
Más tarde los jesuitas lograron hacer germinar las semillas, lo que permitió desarrollar el cultivo de la yerba mate para el abastecimiento propio y para su comercialización.
De esta forma, la costumbre ancestral de los pueblos originarios que acompañaba momentos de esparcimiento compartidos creció y se extendió por todo el territorio, pasando de generación en generación hasta convertirse en una arraigada tradición que mantiene su esencia en nuestros días y es un símbolo indiscutido de nuestra identidad cultural.
Mate y pandemia
El mate, ese fiel compañero de momentos compartidos entre amigues, parejas y compañeres de trabajo se vio afectado por la pandemia de Covid-19 que nos obliga a tomar estrictas medidas de prevención para evitar el contagio del virus, entre ellas, no poder beber del mismo mate.
Lejos de reducir su consumo les argentines tomaron los recaudos necesarios para que nada impidiera compartir el momento de la tradicional infusión: desde la multiplicación de cantidad de mates disponibles por hogaral pedido a la vistita para que cada une traiga el propio.
Propiedades saludables del mate
Además de la compañía y el placer de su degustación el mate posee numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Caliente, que es su forma más tradicional de consumo, tiene un gran poder antioxidante por la alta concentración de polifenoles. Es fuente de vitaminas B, potasio y magnesio; y posee xantinas (cafeína, teobromina, teofilina), compuestos bioactivos, que estimulan el sistema nervioso central y ayudan a mejorar la actividad mental, aumentando los niveles de energía y la concentración.
Acompañado de diferentes hierbas también produce saludables efectos medicinales naturales.
Por todas estas razones celebramos con orgullo el Día Nacional del Mate.