La Red Provincial por Mujeres Libres de Violencia inició su trabajo en el año 2006 a partir de la iniciativa de una diputada bonaerense quien, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se preguntó qué podían hacer frente a esa realidad. A partir de allí, y con la participación de varias organizaciones comunitarias, empezaron a ver cuáles eran las necesidades de las mujeres, y de esa manera, comenzó su gestación..
Actualmente, son más de 110 las organizaciones comunitarias integrantes de dicha red, y están presentes en cerca de 70 distritos de la Provincia de Buenos Aires. Nota al Pie dialogó con su coordinadora, Claudia Carpintero, para saber cómo se gestó este proyecto y cuál es el trabajo que realizan.
Un proyecto colectivo de ayuda
La referente comentó que vienen trabajando desde ese año con distintos ejes pero siempre atendiendo a la prevención de las violencias hacia las mujeres. “Los orígenes tienen que ver con una inquietud por resolver los problemas que tenemos las mujeres”, expresó la entrevistada.
Por otra lado, la coordinadora contó que están funcionando de acuerdo a las necesidades que se presentan en el territorio. “Si una compañera de una organización está acompañando “x” caso y se necesitan más recursos que los que tiene en su localidad, se acude a la Red. Con los recursos que tenemos, resolvemos entre todas”, explicó a Nota al Pie.
La Red está compuesta por muchas profesionales de distintas áreas que integran el propio equipo interdisciplinario: psicólogas, trabajadoras sociales, comunicadoras y abogadas. “Integramos un espacio que se llama “Comunidad Intersaberes”, explicó la coordinadora.
Como la violencia de género es un problema multidimensional, Claudia explicó que se necesitan respuestas de diferentes áreas. Pero, cuándo se complejizan las situaciones y ellas ya no pueden resolverlo, recurren al Estado nacional. “Cuándo necesitamos resolver lo económico o necesitamos un refugio, acudimos al Estado. Gestionamos los Programas a través del Ministerio de Mujeres y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires”.
Por otra parte, la coordinadora contó que como Red están convencidas que quienes acompañan a las víctimas de violencia tienen que profesionalizarse, saber qué cuando una mujer no puede salir del círculo no es porque le falte voluntad, sino porque hay un problema de otro orden, subyacente, que ella no puede verlo. Por ello es que recurren permanente a la formación de promotoras de los derechos de las mujeres. “Lo interesante de estos procesos es que si el acompañamiento es bueno, la salida de la violencia es posible”, agregó.
Trabajos y actividades que realizan desde la Red
En cuánto a los proyectos y actividades que realizan en este espacio, la entrevistada contó que actualmente están llevando adelante tareas de Patrocinio Jurídico, dictando cursos a través de universidades públicas y estatales, trabajando en la prevención del abuso sexual infantil y en la justicia con los Juicios por la Verdad. “El abuso sexual en las infancias a les niñes es un problema que tiene que ser de la agenda feminista, lo tenemos que tomar. Es un genocidio silencioso”, aseveró Carpintero.
Siguiendo la línea de proyectos, hoy la Red está trabajando y mejorando 100 viviendas de mujeres víctimas de violencia machista. Cuentan con subsidios que aportó el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad a través de la Subsecretaría del Hábitat y el arquitecto Roberto Escolini. Para dicho proyecto están administrando dinero del Estado, «algo bastante inusual», comentó. “Las mujeres de las organizaciones comunitarias estamos para hacer la copa de leche, el comedor, alcanzar elementos de higiéne a adultos mayores pero nunca para administrar la cosa pública”, comentó la referente.
El Estado, presente
También dijo que “El Estado confía en la administración de las mujeres y estamos ahí; con albañilas, con mujeres que hacen instalaciones eléctricas y de agua. Esto es toda una experiencia para nosotras”. Muchas veces estas casas están deterioradas y con esos subsidios se cambian chapas,se ponen puertas, inodoros y se levantan las paredes perimetrales de una casilla que es toda de cartón y nylon.
Por último la entrevistada explicó que a través de esta red comunitaria y territorial, acompañan a víctimas pero por sobre todas las cosas, empoderan a las mujeres. “En ese camino del empoderamiento vamos con las mejoras habitacionales, con espacios de reflexión, de talleres, capacitaciones. Con todo lo que hay al alcance”, concluyó.