El acuerdo de libre comercio que se firmó en Bruselas en 2019, entre el Mercosur y la Unión Europea, fue histórico. Pero hoy, tras más de 20 años de negociación, las conversaciones quedaron paralizadas.
El motivo de la falta de ratificación de lo pactado hace dos años pasa por el malestar de algunos países europeos, con Francia al frente. La preocupación ambiental es un tema de la agenda, y el accionar del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encendió las alarmas.
Este acuerdo de Asociación Estratégica con la Unión Europea sobre el tratado de libre comercio deberá esperar para su reactivación, al menos, hasta 2023. El mismo implicaría que se integren al mercado 800 mil millones de habitantes.
Vale señalar que la presidencia del Consejo de la Unión Europea, que es rotatoria, quedará encabezada por Francia en el primer semestre del 2022.
Según cuenta BAE Negocios, fuentes diplomáticas informaron que como el año que viene hay elecciones en Francia “no van a haber movimientos importantes”.
Por otra parte, España que es el principal país que más fuerte apoya el acuerdo, presidirá el Consejo en julio de 2023. “Los más optimistas creen que con la presidencia de España en la UE, recién en 2023, se podría retomar el rumbo con firmeza”, remiten las fuentes.
La oposición a la ratificación
Para lograr el acuerdo es necesario que todos los países de cada lado del continente estén de acuerdo. Francia había asegurado que no acompañaría hasta que se trataran sus objeciones.
El país galo pide por garantías sobre la protección a la Amazonía, que se respeten las normas agroalimentarias y fitosanitarias europeas y que se atienda la lucha contra el cambio climático.
A su vez, solicitan la detención de la denominada “deforestación importada”. Francia no está sola, tiene el apoyo de países tales como Alemania, Bélgica, Irlanda, Austria y Países Bajos.
España acompaña el acuerdo
Pese a los detractores, hay países como España que pujan por la ratificación del acuerdo. Ayer, a través de declaraciones a la prensa, la Secretaria de Comercio española, Xiana Méndez se pronunció a su favor.
Méndez mostró preocupación en que las negociaciones “queden en una situación de impasse, de parálisis”. A su vez, consideró que la Unión Europea “pierde credibilidad” al no concretar los compromisos asumidos.
Por último consideró que se trata del “acuerdo más importante en términos de impacto económico positivo para ambos bloques”.