“Elhecho”, una invitación a reírse sin límites, regresa a escena luego 15 años. Dentro del ciclo de 4 de obras, en retrospectiva de Mariana Chaud. Las funciones son de jueves a domingos, a las 20hs, en el Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715. El mes pasado se pudo disfrutar de “Ubú patagónico”, una versión muy libre del «Ubú Rey de Alfred Jarry”. Este mes también será el turno para Budín inglés y a comienzos de diciembre se reestrenará “Sigo mintiendo”.
La pieza en su momento fue una sorpresa en el ambiente under del teatro. No siempre el público se encuentra con que el protagonista no es una persona, sino una planta, precisamente un helecho. Escrita y dirigida por Mariana Chaud, la trama de la historia es narrada por la misma planta, que transita una crisis vocacional. Hace tiempo que no da flor y se siente como un simple articulo decorativo. Sólo encuentra consuelo en narrar todo lo que sucede en su entorno, con un peculiar, mordaz y ácido humor.
Y si hablamos de entorno, el dueño de casa es un rebelde sacerdote que también transita otra crisis: la pérdida de la fe. Entonces, se sumerge en la ciencia para saber si existe o no Dios. Convive con su hermana, una monja de audaces inclinaciones sexuales. Los ayuda, una asistente de débil carácter que es víctima de ambos, entre acosos y maltratos de toda índole. Y dentro de este refugio de fe, colmado de pacíficos personajes se suma un más, el más torpe del grupo, que no se sabe sus intenciones pero sí sus superficialidades como querer tener el pelo rubio platinado, al estilo He-man, secundado por un asistente
En fin, la pieza es una mezcla de teatro dramático que se descarrila a toda hora, y muta a teatro en vivo. Referentes presentes o pasados, entre actos irónicos y sutiles. Donde ya hasta aquí, el espectador comprende que está perdido, se debe dejar llevar, ya que no logra sobreponerse de un ataque de risa que ya se ve ahogado en otro. Imperdible obra.
El elenco, el eje del delirio
Si ya la trama y el texto ingeniado por la intrépida dramaturga Chaud, más una dinámica que no decae, en una dirección de ritmo vertiginoso, sorprendía al público. Todo se potencia con la suma de desopilantes canciones y salidas de libreto de cada uno de los actores. Quienes son la clave de la propuesta, al sumar espontáneas anécdotas del pasado, o intimidades del resto del elenco.
El equipo actoral se denota en sintonía. Lalo Rotavería como el cura científico, es un torbellino de energía, y brinda los momentos más irracionales del cuento. No se conforma con interpretar lo que está escrito, sino que siempre tiene un remate como comodín. Laura López Moyano, como la hermana Apolonia, fresca, canchera y de total expresión corporal y voz. Santiago Gobernori, es el que le presta el habla al inusual protagonista, el helecho. Quien con su astucia escénica logra meterse a la platea en el bolsillo. Y entre picardía y complicidad trata de encaminar la trama en todo momento. El resto del reparto no se queda atrás: Ximena Banús y Walter Jakob, muy aceitades en el oficio de entretener, logran carcajadas sin respiro ni límites en los rápidos 80 minutos que dura la obra.