The Save Movement arrancó en Toronto, Canadá. Sin embargo, se fue desarrollando por todo el mundo a través de 3 ramas: Animal Save, Climate Save y Health Save.
Health Save Argentina es parte de este último. El mismo está conformado por un grupo de activistas autoconvocades por los derechos de los animales que se encargan de ayudar a personas en situación de vulnerabilidad y buscan brindarles una mejor calidad de vida.
Nota al Pie conversó con Jimena Zamora, integrante y coordinadora de la agrupación, quién contó los diversos proyectos que llevan a cabo hoy en día.
En las calles
Las recorridas comenzaron en 2019 y su primer puesto fue en la zona de Caballito, CABA. Al ir aumentando les voluntaries, se expandieron a más barrios. Hoy en día se organizan 12 grupos a lo largo del país.
Allí se encargan de otorgar viandas, abrigo o información de asistencia social a quien lo precise. Se sustentan en torno a “fondos de donaciones, con ayudas de emprendimientos que nos donan cereales, legumbres, verduras, frutas”.
Se encargan de armar los platos de forma vegana con cereales, legumbres, verduras crudas y cocidas. Buscando lograr así que esté completo nutricionalmente y chequeado por une nutricionista.
Por lo general las recorridas son semanales, dependiendo de la posibilidad de les voluntaries asignan un día fijo. Así, “las personas que van a buscar la vianda puedan organizarse en su semana porque también cuentan con otras ayudas en otros barrios. Es como que van armándose un circuito para poder asegurarse su plato de comida”, afirma la activista.
Al haber iniciado hace tiempo ya, las personas a las que ayudan ya les conocen. “Son personas que van y se quedan dos horas con nosotres charlando y compartiendo un rato. A veces cuando estás en una situación de calle o vulnerada socialmente en tu círculo es el vínculo lo que más se necesita para poder sentirte mejor y no ignorade en la sociedad”, continúa explayándose con emoción.
“Lo que más nos gratifica es la recepción y el vínculo que generamos con las personas a lo largo de este tiempo”, sostuvo.
Frente a la cuarentena
Ante la pandemia y las múltiples dificultades que la misma conlleva, tuvieron que buscar una forma de reorganizarse. Asimismo, las personas en situación de calle aumentaron en conjunto con las restricciones.
Por lo cual, desde la organización se decidió empezar a ayudar a comedores con viandas veganas. “Primero más que nada como para ayudar con la demanda de comida y también como para proponerles que puedan tener otra opción”, arguye la entrevistada.
Debido a que plantea que “cuando hay mucha demanda suelen haber muchos platos con carbohidratos”, a causa de que los mismo son “lo más económico y rendidor para hacer”.
También explica que es posible visualizar “distintas problemáticas que se dan por tener una alimentación no balanceada y falta de equilibrio en la comida”.
Por lo cual, elegían un comedor al mes para poder darles 2 o 3 visitas. En las cuales se encargaban de llevar aproximadamente 350 viandas. Estuvieron en el comedor Los Panchitos en Florencio Varela, en el comedor San Cayetano en Beccar y en el comedor Tejiendo el Barrio en Chacarita.
Bolsones y ayudas
Asimismo, “surgió la posibilidad de llevar bolsones de verduras y frutas y le dábamos uno a cada familia”, afirma. La UTT formó parte de esta propuesta debido a que les dejaban los bolsones más económicos.
Sin embargo, su mayor refuerzo fueron las colectas para recaudar fondos. De las cuales, la activista Coisla fue de gran ayuda ya que se encargó de difundirles.
En los inicios de Health Save Argentina, la entrevistada asegura que la cantautora “fue de mucha influencia” ya que concurría a cocinar y a repartir a las recorridas, ayudando así a impulsar el movimiento.
Asimismo, sostiene que esa vez se llegaron a juntar 150 bolsones. Por lo que, pudieron llevar 50 bolsones de fruta y verdura a cada uno de los 3 comedores.
Manos a la huerta
Al tomar conocimiento sobre las actividades realizadas en los comedores, desde la organización visualizaron un factor común: a los mismos les faltaban alimentos frescos.
“Donaciones de polenta, arroz, fideos siempre llegan pero lo que no llega tanto o no llega directamente son las frutas y las verduras, alimentos frescos que requieren otra demanda y otro tiempo y además no se acostumbra a donar eso”, explica Zamora.
“Siempre se busca el no perecedero por un tema de cantidad, de disponibilidad y de tiempo”, continúa. Por lo cual, tenían la idea en la cabeza de “ayudar en esa carencia de estos lugares”.
Empezaron a implementar huertas en espacios comunitarios. Causando así que los comedores con un espacio de tierra disponible puedan generar una huerta de la cual obtengan los alimentos que les faltan.
Además de apuntar al equilibrio nutricional de los platos otorgados, uno de sus objetivos también es “empezar a generar esos espacios donde puedan tener una alimentación más soberana y libre”.
La primera huerta se realizó en el comedor Los Panchitos a principios de este mes. En conjunto con Climate Save que brindó una compostera para que “puedan reducir toda la emisión de residuos que se generan en los comedores” y con Cultivarte.
Su idea es cada 3 meses armar una nueva, para poder realizar así los seguimientos adecuados.
“Hay que estar muy pendientes por el crecimiento de las plantas. Todas tienen sus distintos ritmos y puede haber plagas, hormigas, tormentas, heladas o lo que fuese”, explicó.
Nuevos sabores para el desconocimiento
“Lo más efectivo vimos que era hacer acciones locales para poder difundir el veganismo, ayudar a la gente, crear campañas de concientización, de información”, señaló la coordinadora.
Una de las propuestas fue “ayudar a emprendimientos veganos”. Por lo que, una vez al mes establecen una fecha en un parque y llevan comida de algún emprendimiento vegano para que la gente pruebe.
Es una actividad abierta al público, “se acerca quien quiere y prueban el emprendimiento. El movimiento les solventa esa compra de alimentos”.
“La charla en la calle es súper más efectiva porque la persona se lleva una receta o lo prueba y confirma que realmente es riquísimo y que no hace falta cocinar con derivados animales y es mucho más saludable”, agrega.
Alimentación Saludable
Los mitos formados ante el veganismo conforman una lista extensa: desde que es caro hasta que puede llevar a enfermedades, entre otros. Sin embargo, esa nunca fue una barrera.
“Justo el lunes pasado yo coordiné en Caballito y todes vinieron desesperades por la ensalada. Por eso mismo de que están acostumbrades a que les den polenta, fideos o arroz, con nada de vegetales”, relata la entrevistada.
Desde la agrupación misma se encargan de transmitirles recetas simples y económicas para que puedan llevar a cabo. Por lo que cuenta que “hoy ya se saben recetas, vienen y nos cuentan que cuando pueden hacen alguna”.
“No hace falta ser vegano para empezar a activar con nosotres, puede venir cualquier persona que tenga ganas de ayudar, de involucrarse en las actividades, de compartir el espacio, lo que fuese”, concluyó la entrevistada,
Quien quiera sumarse como voluntarie debe comunicarse a su Instagram haciendo click aquí. Para posteriormente tener una fecha de reunión con el equipo de ingreso donde se explica.
Asimismo, quienes quieran donar a la organización, pueden hacerlo dando click aquí.