A través de un acto encabezado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, se inauguró este lunes por la tarde el nuevo edificio del Hospital de Niños Sor María Ludovica.
También estuvieron presentes la vicegobernadora Verónica Magario, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, y el director del hospital, el Dr. Eduardo Pucci.
Las reformas se realizaron en el Pabellón de Salud Mental del hospital pediátrico de la ciudad de La Plata, ubicado en las calles 14 entre 65 y 66. Esta obra implicó una inversión de $148.605.766, una de las más importantes dentro de los objetivos del Plan Sanitario. Éste comenzó al inicio de la gestión para fortalecer el sistema de salud en la provincia y poder mejorar la respuesta frente a la pandemia.
Duro discurso del Gobernador
En su discurso, Kicillof remarcó que las obras fueron iniciadas durante la gestión anterior, pero no fueron pagadas ni terminadas. Además, calificó como una vergüenza que no se haya concluido la refacción.
“Esta obra se planteó en el 2010, pero en agosto de 2019 se paralizó”, exclamó el gobernador bonaerense y aclaró que esta es una de las 125 obras que se reiniciaron desde que comenzó su mandato. En ese sentido, aseguró que mejorar las instalaciones era una deuda inmensa, debido a la precariedad edilicia.
En un fuerte mensaje hacia la oposición, sentenció: “Si quieren actuar como oposición responsable que ayuden en algo en vez de peregrinar por los canales de televisión llenando de odio a la gente”.
Cristina y la grieta por la vacunación
Por su parte, la vicepresidenta hizo referencia a la grieta causada por las vacunas. En un mensaje enfocado a la dirigencia política, pidió: “Hay que dejar la vacuna y la pandemia afuera de la disputa política”.
También celebró que el país recibió 20 millones de dosis desde el inicio del plan de vacunación y contó, como una anécdota, sobre cuando ella se aplicó la vacuna Sabin -contra la poliomielitis- en este hospital al comenzar la escuela. Además, expresó que en esa época con el derrocamiento de Perón la grieta política era mucho más grande pero de todas maneras nadie dudaba en vacunarse.
“La campaña de la poliomielitis fue después del derrocamiento de Perón, se imaginan la grieta que había en el país. Nos vacunaban obligatoriamente y a nadie se le ocurría decir ‘no me doy la vacuna’”, remarcó. A su vez, agregó “No podías cantar la marcha peronista, ni decir la palabra Perón o Evita. Así que se imaginan si había que luchar por las libertades, pero no por las libertades de no vacunarme o de enfermarme, o de contagiar al otro. Por las libertades en serio, por las libertades de votar, de elegir al que uno quiere. Hay cosas que escapan a la grieta, que son mentira que son producto de la grieta. Son producto de la irracionalidad, que debemos decir que no es patrimonio único de la Argentina”.
Por eso, Cristina Fernández solicitó a la oposición “en nombre de tanta gente que tal vez no se vacunó por miedo y hoy ya no está y sus familiares lo lloran, en nombre de los trabajadores y trabajadoras de la salud, que por favor dejemos la vacuna y la pandemia afuera de la disputa política, y contribuyamos a que no haya tantos contagios, a que la gente quiera vacunarse”.