Por Lucas Carballo para Nota Al Pie
En el fútbol, siempre se consideró que el mejor es el que gana. A veces es cuestión de azar, en su gran mayoría es por un mejor rendimiento dentro del campo de juego. No es posible ascender con ayuda externa, o al menos, no existen pruebas firmes al respecto. Pero ¿en qué punto esa cuestión es sostenida, o al menos, la credibilidad de esa afirmación?
En los últimos tiempos, no sorprende que personajes ajenos al ambiente del fútbol se hagan cargo de importantes instituciones deportivas, a raíz de su gran preponderancia en los medios de comunicación y a nivel empresarial, con resultados dispares.
Pero, en el Ascenso ¿cómo se desarrolla la cuestión? El negocio del fútbol ya no le escapa a los equipos de las categorías más bajas, y aunque en muchas oportunidades se trata de inversiones deportivas o simplemente dirigenciales, en muchas otras estos personajes han dejado una imagen tan negativa que muchas veces se duda de la credibilidad de sus accionares.
Agropecuario Argentino fue fundado en el año 2011 por Roberto Grobocopatel (magnate y sojero de Carlos Casares, sobrino de el denominado “rey de la soja”, Gustavo Grobocopatel) y ascendió a la Primera Nacional (Ex – B nacional) en el 2017. Aunque ha escapado de los flashes de la paranoia y la suspicacia, otros clubes fundados no han corrido con esa misma suerte y ni hablar, otras entidades ascendidas.
En los últimos años, han ascendido a la Primera Nacional. Alvarado de Mar del Plata, presidido por Wenceslao Mendez (abogado), quien denunció previo al ascenso de su club que una persona se había acercado para “venderle un árbitro» y que él se había negado rotundamente. Aun así, las polémicas se sucedieron en el partido definitorio que ellos disputaron contra San Jorge de Tucuman, cuando los últimos denunciaron ser perjudicados arbitralmente y realizaron una sentada simbólica en el campo de juego repudiando estos hechos.
Según el propio presidente de Alvarado, «San Jorge es un club que es muy político, tiene un fuerte respaldo del gobierno nacional. En la cancha estaban el Ministro del Interior de Tucumán, un veedor y el presidente del Tribunal de Disciplina de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino)». El resultado final fue el ascenso de Alvarado y el descenso “administrativo” de San Jorge.
Un mes antes del ascenso del club marplatense, en mayo del 2019, Estudiantes de Río Cuarto subió de categoría, con una exposición mayor y diferente en los medios. Según propias palabras del jugador Juan Tejera, “cuando vine acá el presidente (Alicio Dagatti, empresario) me dijo: ‘Vení que vamos a ascender, está todo hablado, este año ascendemos nosotros’. Yo pensé que íbamos a ganar por el fútbol y el equipo que teníamos. Pero pasando los partidos empezaron los árbitros a cobrar a favor de nosotros”. Aunque posteriormente el club cordobés emitió un comunicado rechazando esas afirmaciones por injuriantes y descalificatorias, nadie ha podido negar ni afirmar que esa denuncia inconsciente del jugador fuera falsa.
Deportivo Riestra, quien en la actualidad ha disputado el reducido para ascender a Primera división, ha estado en el centro de las polémicas desde que en el año 2011 empezó a ser gerenciado por Victor Stinfale (ex abogado de Diego Maradona y de Luis “el gordo” Valor, famoso asaltante de bancos durante los años 90). Su presidente Fabio Pirolo (director general de infracciones en la ciudad de Buenos Aires hasta el año 2015 y vicepresidente del fútbol amateur en Boca Juniors en la gestión de Daniel Angelici) y su vicepresidente, Adrian Ciliberto, quien insultó a Claudio “el chiqui” Tapia por redes sociales previo al ascenso contra Comunicaciones de Agronomía, son las tres patas que sostienen a este pequeño club del Bajo Flores.
Cuatro ascensos en los últimos siete años podrían definirse como una gran gestión deportiva, pero ha sido denunciado por otras entidades como un club “tramposo” a la hora de disputar los partidos finales (Comunicaciones denunció al club por ampliar las áreas de los arcos, además de frenar el final del partido con el ingreso de un jugador así el encuentro finalizara antes) y por dirigentes de otros clubes como una sociedad anónima, algo que no es aceptado en Argentina actualmente.
Ni siquiera Barracas Central, el equipo del presidente de la AFA, Claudio Tapia, escapa a las polémicas declaraciones. Ricardo Caruso Lombardi, conocido entrenador argentino, denunció posteriormente a renunciar como entrenador del club Belgrano de Córdoba: “Chiqui Tapia está endemoniado para que ascienda su equipo. Se maneja con mucha maldad, los árbitros tienen pánico de dirigir a Barracas Central”, aseguró el DT. Además, afirmó que otros entrenadores coinciden con su forma de pensar pero no lo expresan públicamente “porque tienen miedo de no dirigir nunca más”.
El último ejemplo ha numerar se trata del Real Pilar de la localidad homónima, fundado por Cesar Mansilla (empresario y consultor de Eduardo Angeloz en las elecciones presidenciales de 1989 y Mauricio Macri como jefe de gobierno en 2007). La polémica con este club (sociedad anónima impulsada por el gobierno anterior según varios medios) se basa en la afiliación a la AFA sin contar con un estadio propio ni los años como para poseer sede ni cantidad de socios necesarios para ejecutar esa posibilidad; desde 1978 no se afiliaba directamente un nuevo club. La otra polémica surge a partir de los dos ascensos consecutivos que percibió esta pequeña entidad: muchos clubes consideran que han sido perjudicados por fallos arbitrales a la hora de disputar sus encuentros definitorios contra el equipo de zona norte.
En conclusión, el ascenso se ha transformado en el sitial en donde las suspicacias reinan a la hora de coronar al campeón: los fallos arbitrales, las ayudas extras e inclusive el apoyo estatal permiten que clubes puedan crecer, desarrollarse económica y deportivamente y finalmente, ascender. Aun así, las pruebas no son concluyentes y queda en el lector determinar si el ascenso se produce finalmente en el lugar más adecuado: la cancha. Otros, mientras tanto, podrán organizarse en donde se define el próximo campeón. Hagan sus apuestas.